La fuente del amor es una sola: Dios. Él, que es amor y maestro del amor, ama a todos los hombres. O mejor, a cada uno de los hombres.
Ese amor que recibimos podemos llevarlo a todos, especialmente a los que tenemos cerca, en nuestro entorno. Sólo tú puedes llevar este amor que has recibido a las personas que Dios ha puesto a tu lado. Sólo tú puedes querer a tu manera.
Nadie tiene un amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Pero... ¿"como puedes dar la vida" a tus amigos, cada día?
En el evangelio vemos muchos personajes que aman al Señor y a los demás, cada uno a su manera: Maria, Zaqueo, San Juan... En este webstorie te dejamos estos y otros varios ejemplos. A través de ellos puedes intentar descubrir cual es el lenguaje en que sueles demonstrar que quieres a los demás y también descubrir como les gusta ser queridos.