Os he llamado amigos (IV): El mejor seguro de vida
La amistad entre las personas llamadas a una misma misión permite que esta sea siempre un camino lleno de felicidad.
Os he llamado amigos (III): Dentro de un gran mapa de relaciones
Dejarnos querer por los demás es una manera de abrir espacio para Dios en nuestra vida. Jesús lo hizo hasta sus últimos momentos en la tierra.
Os he llamado amigos (II): Para iluminar la tierra
El "mandamiento nuevo" que nos confió Jesús al final de su vida en la tierra descubrió una nueva dimensión de la amistad humana: se trata de auténtico apostolado.
Conocerle y conocerte (VII): Buscando la conexión
Las palabras que utilizaba san Josemaría al iniciar o terminar su oración pueden también servirnos de guía para la nuestra.
Os he llamado amigos (I): ¿Dios tiene amigos?
Dios siempre ha buscado activamente la amistad con los hombres, ofreciéndonos vivir en comunión con Él. Ni la debilidad humana ni el polvo del camino le han hecho cambiar de opinión. Dejarnos abrazar por ese Amor incondicional nos llena de luz y de fuerza para ofrecerlo a los demás.
Conocerle y conocerte (VI): Un lenguaje más poderoso
Dios habla en voz baja, pero constantemente; en la Sagrada Escritura -especialmente en los Evangelios- y también a través de nuestro interior.
Conocerle y conocerte (V): Cómo nos habla Dios
El lenguaje de la oración es misterioso: no podemos controlarlo pero, poco a poco, experimentamos que cambia nuestro corazón.
Conocerle y conocerte (IV): Cuando sabemos ponernos a la escucha
La vida de Moisés nos enseña que, para cumplir la misión a la que estamos llamados, necesitamos ser transformados por el Espíritu Santo a través de la escucha de Dios en el diálogo filial con Él.
Conocerle y conocerte (III): En compañía de los santos
Para aprender a orar pueden servirnos de ayuda aquellos hombres y mujeres que lo hicieron durante su vida: los santos. De manera especial, santa María.
Conocerle y conocerte (II): De labios de Jesús
En este segundo editorial de la serie se considera la iniciativa de Dios en la oración, que acude al encuentro del hombre y educa su corazón para que pueda entrar en relación con Él y descubra su condición de hijo amado de Dios.