Su ejemplo es mi camino
Dios se vale de personas e instituciones para atraer a todos sus hijos a su amor. La historia de Guelfi muestra cómo a través de su esposa también dijo "sí" a la llamada del Señor en su vida cotidiana.
La amistad que nació en un semáforo
Coincidían cada mañana en el semáforo. Mientras Nuria iba a trabajar, Joaquín pedía dinero. Con el trato fueron forjando una amistad que les cambió a ambos: él consiguió trabajo y recuperar la fe y ella descubrió que detrás de las personas que piden limosna en la calle, muchas veces hay un gran corazón, herido por las penalidades de la vida.
¡Adelante con ese amor!
Fabiana buscaba a Dios sin saberlo. Ernesto buscaba el amor sin saberlo. Como Dios es Amor, la relación entre ellos ¡los llevó hasta Él!
El recomenzar de Mariana
Las “oportunidades” a veces son un espejismo que alejan de la felicidad… Mariana se fue del país buscando mejoras que le nublaron la vista y la alejaron de Dios. Pero supo ponerse los lentes adecuados y vio quién la podía ayudar. Ella misma nos cuenta su historia para confirmar que siempre se puede comenzar de nuevo, como lo dice San Josemaría en Forja 384: “La vida espiritual es —lo repito machaconamente, de intento— un continuo comenzar y recomenzar.
Francisco se tatúa la santidad en el alma
De adolescente gamer a estudiante apasionado. Francisco entró en la universidad y su vida dio un vuelco hacia los libros, la filosofía y la mujer de su vida. Al dejar el puesto de alumno y emprender su carrera como catedrático, Dios se metió en su camino.
Como el hijo pródigo: comenzar y recomenzar
El cristiano ve la vida con alegría porque todo, también sus propios defectos, tiene solución. Como en la historia del hijo pródigo, la vida es volver a diario a la casa del Padre. Así lo explica San Josemaría en este vídeo.
Combate, cercanía, misión (4). «No entristezcáis al Espíritu Santo»: La tibieza
La tibieza es una enfermedad del corazón, por la que las cosas de Dios nos disgustan, y por la que llegamos incluso a convencernos de que la vida, la verdadera vida, está en otra parte.
Malina, de Malasia: “Ver a mis amigas comulgar fue el comienzo de mi viaje”
Malina aprendió a llevarse bien con musulmanes, ateos y cristianos en su propia familia. “Mi familia es un ejemplo de la mezcla de culturas y religiones que existen en mi país, Malasia”, cuenta. Su padre es ateo, su madre es católica y sus hermanas se convirtieron al islam. Ella decidió bautizarse a los 16 años. Ese fue el comienzo de una búsqueda que la llevaría al Opus Dei como numeraria auxiliar.
El “choque de culturas” de un matrimonio imperfecto y feliz
Juan no era creyente cuando empezó a ser novio de Lourdes. Sin embargo, el cariño, junto al respeto y la admiración por la formación cristiana que ella tenía le llevó poco a poco a acercarse a Dios. En este vídeo cuentan su testimonio con sus alegrías y dificultades.
La conversión de los hijos de Dios
San Josemaría pronunció esta homilía en la Cuaresma del año 1952. Fue publicada en “Es Cristo que pasa”.