“Grito mi amor a la libertad personal”
Libertad de conciencia: ¡no! –Cuántos males ha traído a los pueblos y a las personas este lamentable error, que permite actuar en contra de los propios dictados íntimos. Libertad “de las conciencias”, sí: que significa el deber de seguir ese imperativo interior..., ¡ah, pero después de haber recibido una seria formación! (Surco, 389)
La transfiguración del Señor
El cielo: "ni ojo alguno vio, ni oreja oyó, ni pasaron a hombre por pensamiento las cosas que tiene Dios preparadas para aquellos que le aman". -¿No te empujan a luchar esas revelaciones del apóstol? (Camino, 751)
“Descanso significa represar: acopiar fuerzas”
Descanso significa represar: acopiar fuerzas, ideales, planes... En pocas palabras: cambiar de ocupación, para volver después –con nuevos bríos– al quehacer habitual. (Surco, 514)
“El descanso no es no hacer nada”
Todos los pecados -me has dicho- parece que están esperando el primer rato de ocio. ¡El ocio mismo ya debe ser un pecado! -El que se entrega a trabajar por Cristo no ha de tener un momento libre, porque el descanso no es no hacer nada: es distraernos en actividades que exigen menos esfuerzo. (Camino, 357)
"¡Oh, Jesús! -Descanso en Ti"
Decaimiento físico. -Estás... derrumbado. -Descansa. Para esa actividad exterior. -Consulta al médico. Obedece, y despreocúpate. Pronto volverás a tu vida y mejorarás, si eres fiel, tus apostolados. (Camino, 706)
“Él te dará su fuerza”
En momentos de agotamiento, de hastío, acude confiadamente al Señor, diciéndole, como aquel amigo nuestro: "Jesús: Tú verás lo que haces...: antes de comenzar la lucha, ya estoy cansado". –Él te dará su fuerza. (Forja, 244)
“Voluntad, energía, ejemplo”
Voluntad. —Energía. —Ejemplo. —Lo que hay que hacer, se hace... Sin vacilar... Sin miramientos... -Sin esto, ni Cisneros hubiera sido Cisneros; ni Teresa de Ahumada, Santa Teresa...; ni Iñigo de Loyola, San Ignacio... -¡Dios y audacia! —"Regnare Christum volumus!" (Camino, 11)
“A vuestro corazón ha llegado el Reino de Dios”
¿Por qué no pruebas a convertir en servicio de Dios tu vida entera: el trabajo y el descanso, el llanto y la sonrisa? –Puedes..., ¡y debes! (Forja, 679)
“La castidad es una virtud”
Me escribías, médico apóstol: “todos sabemos por experiencia que podemos ser castos viviendo vigilantes, frecuentando los Sacramentos y apagando los primeros chispazos de la pasión sin dejar que tome cuerpo la hoguera. Y precisamente entre los castos se cuentan los hombres más íntegros, por todos los aspectos. Y entre los lujuriosos dominan los tímidos, egoístas, falsarios y crueles, que son características de poca virilidad”. (Camino, 124)
“Con Él no hay posibilidad de fracaso”
“Todo lo puedo en Aquél que me conforta”. Con Él no hay posibilidad de fracaso, y de esta persuasión nace el santo “complejo de superioridad” para afrontar las tareas con espíritu de vencedores, porque nos concede Dios su fortaleza. (Forja, 337)