Le debemos muchos favores

“Dios mediante, asistiremos a la canonización, mi esposo, mi hija menor y yo. Queremos dar gracias a Dios por todos los favores que hemos recibido a través de la poderosa intercesión del beato Josemaría”. Presentamos algunos relatos de favores atribuidos a la intercesión del fundador del Opus Dei.

En la página web del Comité organizador de la canonización de Josemaría Escrivá se ofrece la sección “Por qué venir”, en la que se publican testimonios relacionados con los preparativos de la ceremonia. Desde Colombia se ha recibido el siguiente mensaje: “Dios mediante, asistiremos a la canonización, mi esposo, mi hija menor y yo. Queremos dar gracias a Dios por todos los favores que hemos recibido a través de la poderosa intercesión del beato Josemaría”.

A partir del día del fallecimiento del fundador del Opus Dei, el 26 de junio de 1975, comenzaron a llegar a la sede de la Prelatura del Opus Dei, en Roma, desde todas las partes del mundo, relatos de favores atribuidos a su intercesión: conversiones, decisiones de practicar a fondo la fe cristiana, curaciones, favores materiales. A partir de 1992, fecha de su beatificación, estos testimonios se han multiplicado hasta sumar decenas de millares.

Presentamos algunos relatos de favores recibidos en los últimos años e imágenes procedentes de diversos países que manifiestan el eco de una devoción que la Santa Sede ha calificado como "un auténtico fenómeno de piedad popular".

Vidriera en la iglesia parroquial de Our Lady Queen of Martyrs, en Hereford, Gales.

Ocurrió el 26 de junio D.V., Río Piedras, Puerto Rico

Nuestro hijo nos había comunicado su decisión de casarse civilmente con su novia no católica. Ante nuestra angustia y preocupación buscamos orientación y ayuda con un sacerdote, confirmándonos éste la gravedad de la situación. Desde ese momento, todos los días rezaba la oración de la estampa del beato Josemaría, y el día del aniversario de su partida al cielo se lo encomendamos con mucha fe durante la Misa.

Esa misma noche, al regresar a la casa, nuestro hijo nos comunicó que acababa de hablar con la novia y habían decidido que se casarían por la Iglesia. Cumpliendo con todos los requisitos necesarios, eclesiales y civiles, recibieron el Santo Sacramento del Matrimonio.

Agradecemos y damos gracias a Dios, por la intercesión del beato Josemaría, el haber acogido nuestras súplicas y por las bendiciones recibidas.

Una curación no sólo epidermica V.M., Greenwich, Estados Unidos

El 9 de enero de 2002, con ocasión del centenario del nacimiento del beato Josemaría, tuvieron lugar misas en diversos países. En la imagen, una familia durante la misa que hubo en Singapur.

El marido de una amiga mía padecía psoriasis, una enfermedad de la piel. A pesar de los tratamientos que le habían prescrito varios médicos, su enfermedad no remitía. No existe ninguna cura conocida, pero mi amiga y yo comenzamos a rezar a diario la oración de la estampa al Beato Josemaría en petición de ayuda para que el estado de su marido mejorara. Unas semanas más tarde, su marido acudió a otro doctor que le impuso un nuevo tratamiento consistente, básicamente, en que se abstuviera de ciertos alimentos. Los resultados fueron asombrosos. Se repuso maravillosamente.

Al repasar estos hechos, me doy cuenta de otras curaciones que se han producido desde que mandé la estampa a mi amiga: su marido ha vuelto a frecuentar la Misa dominical; ella y él están tratando de regularizar su situación matrimonial; su hijo mayor, que reza con ella el rosario todos los días, quiere ser sacerdote; y el marido, por último, ha ayudado a su hermano y su cuñada a volver a la Iglesia.

A salvo madre e hija Yogyacarta, Indonesia

El Catholic Information Center de Washington cuenta con una capilla dedicada al beato Josemaría.

Cuando mi hermana dio a luz, sufrió una hemorragia que la puso en estado de coma. El monitor que registraba los latidos del corazón llegó a dar una señal plana, y un sacerdote le administró la unción de enfermos. Su marido (mi cuñado) sacó entonces una estampa del Fundador del Opus Dei y la rezó en petición de ayuda. Mi hermana finalmente se recuperó, y afirma que sintió que realmente era ayudada por aquella oración. Ahora están bien tanto ella como el niño, que, en gratitud al Beato Josemaría, se llama Leonardo Ardyani Escrivá Pamungkas. Hemos copiado el texto de esa estampa y lo hemos distribuido entre cientos de personas cercanas a nosotros que lo rezan habitualmente.

Asaltadas por bandidos Nairobi, Kenya

Un domingo muy temprano viajábamos una compañera y yo a Naivasha, que está a unos 80 kilómetros de Nairobi, donde vivimos. Era bastante temprano y no había mucho tráfico, pero había niebla. Dos hombres con pistolas nos detuvieron. En cuanto los vi le dije al Beato Josemaría: "Padre, estamos en tus manos". Mi compañera me dijo después que pidió: "Padre, ayúdanos".

Retablo del beato Josemaría en una capilla de la Catedral de Guayaquil (Ecuador).

Los dos gángsters se subieron al coche y nos pidieron dinero. Tomaron lo que yo tenía, que no era mucho, y no nos hicieron daño, y después de conducir una corta distancia se bajaron del coche y nos permitieron seguir. Mi compañera tenía bastante dinero que no se llevaron. También teníamos una cámara de vídeo y otra de fotos que los gángsters no vieron ni se llevaron.

Todos los que escuchan el relato dicen que es un milagro. Sé que debo a la ayuda de nuestro Padre que no nos hicieran daño y que incluso no nos robaran nada de valor.

Un trabajo en mi ciudad S.R., Hobart, Tasmania

Durante los dos últimos meses, he acudido a la intercesión del beato Josemaría Escrivá para pedir un cambio de trabajo, porque, aunque me gusta mi profesión, con sus deberes y responsabilidades, el ambiente de trabajo en el que me encontraba estaba produciéndome un profundo malestar.

Homilías del beato Josemaría en árabe publicadas en Beirut en el año 2000.

Era la primera vez que acudía a su intercesión, y me sorprendió la rapidez y la contundencia de su respuesta. Me cayó como del cielo una llamada de un parlamentario que me ofrecía trabajar para él en mi ciudad.

Al aceptar el trabajo, le pedí al beato Josemaría que encontrara también otro trabajo para la persona a la que yo sustituía, y esa persona recibió una buena oferta de una agencia del gobierno al día siguiente.

Doy gracias a la Virgen y al beato Josemaría por haber intercedido en mis necesidades y haberme ayudado a encontrar un buen trabajo y reunirme con mi familia y amistades.

Barbastro, ciudad natal del fundador del Opus Dei, dedicó una iglesia al beato Josemaría en diciembre de 2001.

Mis tíos han cambiado Yamoussoukro, Costa de Marfil

Mi tío y su mujer, tras quince años de convivencia, se separaron: llevaban una temporada larga de riñas y falta de entendimiento. Durante los diez años siguientes, cada uno hizo vida aparte. Como, a consecuencia de todo esto, la educación de los seis niños que habían tenido parecía tomar un mal cariz, decidí intentar reconciliarlos, confiando en la ayuda del Beato Josemaría. Hice una novena y fui a ver a cada uno por separado, pero ambos se manifestaron en contra de cualquier posibilidad de emprender un proceso que pudiera llevar a la reconciliación.

El fundador del Opus Dei fue nombrado patrono de los pacientes diabéticos de Guatemala en el año 2001. El Patronato editó un folleto para difundir la devoción al beato Josemaría.

Escribí una larga carta a cada uno, y al cabo de tres meses, para mi sorpresa, me comunicaron su deseo no sólo de recomponer el hogar, sino de formar un verdadero hogar cristiano. La reconciliación se consumó, sin ruido, cuatro meses después del comienzo de mis gestiones. Al agradecer al Beato Josemaría esta primera "etapa", le pedí que continuara ayudándoles hasta el final. Y pienso que me ha escuchado. Mi tío y su mujer aceptaron inscribirse en un curso de catecumenado, y tras un año de formación, que siguieron con gran interés, el sacerdote les impartió en una misma ceremonia los sacramentos del bautismo y el matrimonio. He vuelto a dar gracias al Beato Josemaría por esta segunda "etapa", y ahora le he pedido la conversión de los hijos, lo cual está ya en marcha, porque se han inscrito todos en un curso de catecumenado y están preparándose para recibir el bautismo. Agradezco al Beato Josemaría todos estos favores.

El segundo niño 30-XI-2000, Singapur

Una amiga mía llevaba más de un año deseando en vano tener un segundo hijo. Estaba tan ansiosa que se planteó consultar a un médico para averiguar qué estaba mal.

Cuando me enteré de sus deseos, recé al Beato Josemaría Escrivá cada día para que tuviese un segundo niño. Hace dos semanas, me llamó muy feliz para contarme una maravillosa noticia: acababan de confirmarle que estaba esperando un hijo. Yo le dije que había rezado al Beato Josemaría y me lo agradeció mucho.

Nevado Josemaría Escrivá (Bolivia).

No se han separado C.G. Coli, Italia

En la primavera de 1997 se presentaron en casa mi hija y su marido, y me dijeron que habían decidido divorciarse. Me sentí desesperada, sobre todo al pensar en mis dos nietas. En esa época conocí a una señora que me dio una estampa del beato Josemaría. Me dirigí a él y le pedí que intercediera para que lo que Dios había unido en matrimonio no se quebrara. Pasados veinte días, una de mis nietas, de doce años, me llamó y me contó que sus padres habían plantado en el jardín un pequeño olivo. No se han separado, y desde aquel día las cosas han ido siempre a mejor y yo siento una gran paz. Reconociendo en todo esto una gracia recibida a través de la intercesión del beato Josemaría Escrivá, me considero obligada a dejar constancia.

Se confesó antes de morir E.L.R., Zapopan, México

Un periódico de El Salvador publicó en fascículos en el 2001 Historia de un sí, una biografía ilustrada para niños del beato Josemaría.

Yo estaba muy pendiente de un vecino que llevaba más de un año enfermo de gravedad y no quería reconciliarse con Dios. Lo habían operado del corazón y del riñón, pero no se le cerraban las heridas porque padecía diabetes. Le dije a una comadre: "vamos a pedir al beato Josemaría Escrivá de Balaguer que no se muera sin antes haberse reconciliado con Dios". Se puso grave y le hablaban de la confesión pero no la aceptaba. Seguimos rezando la novena. En esos días vino su mamá y le dijo que se confesara porque estaba muy grave; entró en estado de coma y nosotros intensificamos la oración. El último día tuvo un momento de lucidez, pidió al sacerdote, se confesó y enseguida murió. El Padre Josemaría Escrivá nos había escuchado.

Nueve homilías del beato Josemaría, contenidas en 'Es cristo que pasa', gracias a la edición en francés que ha puesto a la venta una editorial canadiense en diciembre de 2001.