Guadalupe vuelve a la Facultad de Químicas

El 24 de abril tuvo lugar una mesa redonda en la Facultad de Químicas de la Universidad Complutense de Madrid sobre Guadalupe Ortiz de Landázuri. Presidió el decano, el Prof. Francisco Ortega Gómez e intervinieron el vicedecano de Ordenación Académica y Posgrado, Luis Sánchez Martín, el capellán de la Facultad, José María Sierra Carrizo, la periodista Cristina Abad y el vicepostulador de la causa de beatificación, José Carlos Martín de la Hoz.

El Prof. Francisco Ortega Gómez abrió el acto dando la bienvenida a los numerosos asistentes y manifestó que era un honor para la Facultad tener esa mesa redonda sobre una antigua alumna con ocasión de su beatificación, que coincidía con el Año Internacional de la Tabla Periódica, una oportunidad –como este coloquio– de acercar la química a la sociedad.

Entre el público se encontraban varios vicedecanos y la secretaria general de la Facultad, numerosos catedráticos y profesores de la Facultad y de otras facultades y escuelas

Entre el público se encontraban varios vicedecanos y la secretaria general de la Facultad, numerosos catedráticos y profesores de la Facultad y de otras facultades y escuelas, el vicario de la prelatura del Opus Dei en Madrid-Oeste, D. Pedro Álvarez de Toledo, el vicerrector de Alumnos de la Universidad de Navarra, Tomás Gómez-Acebo, antiguo alumno de Químicas de la Complutense y profesores de otras universidades, antiguos alumnos de la Facultad, el Prof. Miguel Alario, expresidente de la Real Academia de las Ciencias y numerosos alumnos.

«Para nosotros este acto era de justicia, ella es una colega nuestra»

A continuación intervino el Prof. Luis Sánchez Martín, vicedecano de Ordenación Académica y de Posgrado, que se centró en la faceta profesional de Guadalupe como química. Señaló que “para nosotros este acto era de justicia, ella es una colega nuestra”. Comenzó sus estudios de Ciencias Químicas en esta facultad, cuando en la universidad sólo había un 8% de mujeres, y la mayoría estudiaba en carreras de Letras o en Farmacia.

Leyó el expediente de Guadalupe Ortiz de Landázuri, que se custodia en la Facultad, y resaltó con sentido del humor la preferencia de la antigua alumna por las asignaturas de química inorgánica, porque en todas sacó sobresaliente, sobre las de química orgánica, “la mía, mi asignatura, que se veía que no le gustaba mucho”… Al acabar la carrera, después de impartir clases en el Liceo Francés y el Colegio de las Irlandesas de Madrid, durante unos años abandonó la docencia, pero no el estudio y la investigación de la química, como lo prueban su matriculación en asignaturas del doctorado tanto en Madrid como en México.

A su vuelta de México y Roma, retomó la actividad profesional de la química, compatibilizándola con sus tareas de dirección en centros del Opus Dei e inició la investigación y el estudio de la bibliografía disponible que culminó en una tesis sobre refractarios aislantes de la ceniza de la cascarilla del arroz.

Extracto del expediente de Guadalupe Ortiz de Landázuri, que se custodia en la Facultad de Químicas

Para ello investigó en los laboratorios de la Calle Arturo Soria, bajo la dirección de Piedad de la Cierva, la primera mujer que trabajó en el CSIC, que la define como “una mujer listísima y tenaz”, también por el esfuerzo que le vio realizar, pues padecía graves problemas cardíacos.

El material sobre el que investigó tenía interés industrial y lo patentaron ambas. Presidió el tribunal de su tesis el Prof. Enrique Gutiérrez Ríos y obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude. Lo presentaron al Premio Juan de la Cierva y les fue otorgado.

El Prof. Luis Sánchez Martín glosó también la actividad docente de Guadalupe como profesora en el Instituto Ramiro de Maeztu (años 1962/1964), en la Escuela Femenina de Maestría Industrial y en el CEICID.

“La libertad de amar” es un título muy apropiado para la Universidad

A continuación intervino el capellán de la Facultad, José María Sierra Carrizo, que agradeció su presencia al decano y resaltó que la Universidad era un lugar de acogida, punto de encuentro y debate de las ideas en la que, citando al papa Benedicto XVI, se busca la verdad sin prejuicios, con libertad.

Comentó que le gustaba mucho el título de la semblanza de Guadalupe, “La libertad de amar”, muy apropiado para la Universidad, porque ésta es un lugar de libertad, para elegir el amor y la verdad y el bien. Señaló que en la Universidad hay grandes personas que testimonian su fe en su trabajo. Y concluyó deseando que dentro de otros cuarenta años pueda haber actos parecidos como éste, celebrando a otras personas santas en la universidad, “quizá alguno de ustedes”…

«Guadalupe es un modelo atractivo para la mujer contemporánea»

La intervención de la periodista Cristina Abad, autora de la semblanza “La libertad de amar”, quiso versar sobre Guadalupe como mujer y madrileña: Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en la Calle Valverde 44, del barrio de Malasaña, y aunque a lo largo de su vida se ausentó y viajó mucho, siempre volvió a recalar en Madrid por razones de trabajo y de los encargos que san Josemaría le encomendaba. Sus restos se veneran en el Real Oratorio del Caballero de Gracia, situado en la Gran Vía de Madrid, de modo que en ella también es cierto el conocido dicho “de Madrid al Cielo”.

Resaltó que Guadalupe era muy femenina y… muy aguerrida. En Tetuán era la única alumna en una clase sólo de chicos y, de algún modo, tuvo que afirmarse y hacerse respetar. Era una mujer con virtudes y con defectos, que se perciben muy bien en sus cartas a san Josemaría, recogidas en el libro “Letras a un santo”, donde también se observa su crecimiento espiritual y su llaneza, frescura y naturalidad.

Exposición sobre Guadalupe Ortiz de Landázuri, situada en un local contiguo del Edificio D (Biblioteca) de la Facultad de Químicas

Comentó Cristina Abad, que al plantearse escribir la semblanza le gustó el reto como periodista y pensó: “Aquí hay tema: una persona laica y mujer que va a ser beatificada. Una mujer muy normal y que rompe moldes en su época: estudia Ciencias; viaja mucho por razones apostólicas en una época en que no eran frecuentes los viajes; dirige la primera residencia universitaria del Opus Dei para mujeres en la Calle Zurbarán, cuando en Madrid existían sólo la residencia de Señoritas de la Institución Libre de Enseñanza y la promovida por san Pedro Poveda, de la Institución Teresiana; emprende iniciativas universitarias (varias residencias, una de ellas con laboratorios) y sociales en México, en Montefalco: una escuela para campesinas, otra de capacitación hotelera…; a su vuelta a Madrid, promueve labores sociales en los barrios de Valdebebas y Belmonte…” Y concluyó: “Guadalupe es un modelo atractivo para la mujer contemporánea”.

«La alegría de Guadalupe brota de su encuentro con Cristo»

El vicepostulador de la causa de beatificación de Guadalupe, José Carlos Martín de la Hoz centró su intervención en la fama de santidad de Guadalupe y los favores que ha concedido a muchas personas. Señaló que es el Espíritu Santo quien suscita en los fieles esa fama de santidad de una persona y que le pidan favores a Dios por su intercesión porque desea que sea modelo e intercesora.

“¿De qué es modelo Guadalupe? -se preguntaba: una entrañable profesora de Química con pasión por la química inorgánica, que es pasión por la naturaleza, pues su orden y belleza es un camino muy bueno para encontrar a Dios-. Es maestra de Química, que realizó una tesis para tener mentalidad investigadora, tanta que en su última enfermedad, antes de fallecer, experimentaba en el lavabo de la habitación de la Clínica de la Universidad de Navarra donde estaba ingresada con telas y manchas…

Una de las vitrinas de la Exposición de Guadalupe Ortiz de Landázuri

En el Decreto de Venerable se resalta que Guadalupe era alegre, optimista, positiva. Y nos podemos preguntar: ¿de dónde brotaba su alegría? De su encuentro con Dios, de su entrega a Dios en el Opus Dei, que comenzó con esa voz interior que sintió durante la Santa Misa de un domingo del mes de enero de 1944 en la Iglesia de la Concepción de la Calle Goya de Madrid y se concretó en un encuentro con san Josemaría en el primer centro de mujeres del Opus Dei, en la calle Manrique 19, a finales de ese mismo mes de enero, en el que le aconsejó que buscara el encuentro personal con Cristo en la oración. Fruto de ese diálogo con Dios, se sintió llamada a recorrer este camino de santificación en medio del mundo a través del trabajo profesional y pidió la admisión en el Opus Dei el 19 de marzo de 1944”.

Cerró el acto el decano de la Facultad invitando a los asistentes a visitar la exposición sobre Guadalupe Ortiz de Landázuri en un local contiguo del Edificio D (Biblioteca) de la Facultad de Químicas, que permanecerá abierta hasta el 24 de mayo.

En ella se exponen el expediente académico de Guadalupe, tanto del bachillerato, como de la universidad, un ejemplar de su tesis doctoral y libros y documentos inéditos. Completan la exposición cuatro paneles sobre su vida, desarrollados en tres planos. También se puede visualizar en pantalla grande el multimedia de Guadalupe Ortiz de Landázuri realizado por la periodista María Villarino.