El mayor, casado, con un bebé, aún no se había recibido cuando el menor, con 24 años, ya lo había hecho. Este es el soltero, muy trabajador, responsable, ya instaló su propio consultorio con dinero que juntó con el trabajo, realizado durante un año.
Aparentemente, entre los dos todo hacía pensar que ese problema de celos se había superado. Pero no fue así: días antes de las fiestas, el mayor lo agredió física y verbalmente, y por ende hemos pasado las fiestas muy doloridos.
Por consejo de una buena amiga, le recé una novena al Beato Josemaría Escrivá de Balaguer, la que finalizó este lunes. Gracias a su intercesión el miércoles tuve la hermosa noticia de que el mayor, arrepentido, fue al consultorio de su hermano a pedirle perdón.
Creí en el deber de contarlo, pues hace que me sienta eternamente agradecida por su gracia.