Retiro de julio #DesdeCasa (2023)

Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.

Retiro mensual julio 2023 | Opus Dei

Descarga el retiro mensual #DesdeCasa (PDF)
1. Introducción.
2. Meditación I. Parábola del sembrador.
3. Meditación II. Parábola de la cizaña.
4. Charla.
5. Lectura espiritual.
6. Examen de conciencia.

Introducción. Acoger el don de Dios y hacerlo fructificar con nuestra libertad

“Ante todo quiero decirle a cada uno la primera verdad: “Dios te ama”. Si ya lo escuchaste no importa, te lo quiero recordar: Dios te ama. Nunca lo dudes, más allá de lo que te suceda en la vida. En cualquier circunstancia, eres infinitamente amado. Quizás la experiencia de paternidad que has tenido no sea la mejor, tu padre de la tierra quizás fue lejano y ausente o, por el contrario, dominante y absorbente. O sencillamente no fue el padre que necesitabas. No lo sé. Pero lo que puedo decirte con seguridad es que puedes arrojarte seguro en los brazos de tu Padre divino, de ese Dios que te dio la vida y que te la da a cada momento. Él te sostendrá con firmeza, y al mismo tiempo sentirás que Él respeta hasta el fondo tu libertad.

Para Él realmente eres valioso, no eres insignificante, le importas, porque eres obra de sus manos. Por eso te presta atención y te recuerda con cariño. Tienes que confiar en el «recuerdo de Dios: su memoria no es un “disco duro” que registra y almacena todos nuestros datos, su memoria es un corazón tierno de compasión, que se regocija eliminando definitivamente cualquier vestigio del mal». No quiere llevar la cuenta de tus errores y, en todo caso, te ayudará a aprender algo también de tus caídas. Porque te ama. Intenta quedarte un momento en silencio dejándote amar por Él. Intenta acallar todas las voces y gritos interiores y quédate un instante en sus brazos de amor.

Es un amor «que no aplasta, es un amor que no margina, que no se calla, un amor que no humilla ni avasalla. Es el amor del Señor, un amor de todos los días, discreto y respetuoso, amor de libertad y para la libertad, amor que cura y que levanta. Es el amor del Señor que sabe más de levantadas que de caídas, de reconciliación que de prohibición, de dar nueva oportunidad que de condenar, de futuro que de pasado».

Cuando te pide algo o cuando sencillamente permite esos desafíos que te presenta la vida, espera que le des un espacio para poder sacarte adelante, para promoverte, para madurarte. No le molesta que le expreses tus cuestionamientos, lo que le preocupa es que no le hables, que no te abras con sinceridad al diálogo con Él. Cuenta la Biblia que Jacob tuvo una pelea con Dios (cf. Gn 32,25-31), y eso no lo apartó del camino del Señor. En realidad, es Él mismo quien nos exhorta: «Vengan y discutamos» (Is 1,18). Su amor es tan real, tan verdadero, tan concreto, que nos ofrece una relación llena de diálogo sincero y fecundo”.

Papa Francisco, Ex. Ap. Christus vivit, nn. 112-117.

Primera meditación

Opción 1. Meditación: Parábola del sembrador. 

Opción 2. Textos de san Josemaría sobre esta escena del Evangelio.

Segunda meditación

Opción 1. Meditación: Parábola de la cizaña.

Opción 2. San Josemaría, El trigo y la cizaña. Homilía La Ascensión del Señor a los cielos, n. 123.

Charla

Madurez, plenitud humana. Una personalidad armónica. Una personalidad que se identifique con Cristo (J. Sesé).

Lectura

Homilía de san Josemaría.La libertad don de Dios. (audio y texto)

Examen de conciencia

Acto de presencia de Dios

1. «Salió el sembrador a sembrar. Y al echar la semilla (...) parte cayó en tierra buena y comenzó a dar fruto» (Mt 13, 3-8). ¿Confío en la fuerza de la semilla que el Señor ha dejado en mi alma? ¿En qué puedo ser más paciente conmigo mismo y con los demás, sin desanimarme cuando los esfuerzos parece que no dan el fruto deseado?

2. «¿Deseo ser esa tierra buena que se deja transformar por la Palabra de Dios? Por todos los caminos honestos de la tierra quiere el Señor a sus hijos, echando la semilla de la comprensión, del perdón, de la convivencia, de la caridad, de la paz. Tú, ¿qué haces?» (Forja, n. 373).

3. A cada uno de nosotros Dios nos ha dado talentos o cualidades diferentes y espera que los hagamos fructificar. ¿Cómo agradezco al Señor lo que me ha regalado y cómo busco maneras creativas de poner mis cualidades a su servicio, para acercar almas a Dios?

4. Un hombre «sembró buena semilla en su campo. Pero (...) vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue» (Mt 13, 24-25). ¿Sé convivir con la imperfección propia, ajena y de las instituciones? ¿Le pido al Señor que eso no me desanime y que sepa tener una mirada comprensiva y sobrenatural?

5. Ante las dificultades, ¿procuro recordar con san Pablo que «todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios» (Rm 8, 28)? ¿En qué aspectos podría crecer mi seguridad en que Dios saca bienes incluso de las circunstancias más difíciles o negativas?

6. «Mis elegidos consumirán la obra de sus manos. No se fatigarán en vano (...) porque serán semilla bendita del Señor (...). Antes de que me llamen yo les responderé, aún estarán hablando, y ya los habré escuchado» (Is 65,23-24). Movido por la confianza en Dios, ¿trato de superar los obstáculos que me encuentro cuando intento acercar a alguien al Señor? ¿Rezo y busco formas de ayudar a esas personas?

Acto de contrición