“Pensar Chile”: congreso universitario sobre políticas públicas

¿Será verdad que los jóvenes no tienen nada que aportar a las decisiones públicas de su país? Ésta fue la pregunta que suscitó mayor interés entre los más de cincuenta jóvenes chilenos que participaron durante un fin de semana en un congreso universitario.

Profesores, investigadores y universitarios chilenos se dieron cita en la Escuela Agrícola Las Garzas, a ciento cincuenta kilómetros al sur de Santiago de Chile, para participar en el congreso “Pensar Chile”, que tuvo lugar el pasado mes de agosto.

El Centro de Cultura Universitaria Alameda organiza, desde hace ya unos cuantos años, una jornada académica con el propósito de tratar temas de especial relevancia pública, y para el congreso de este año se había elegido como tema principal de estudio “las políticas públicas”.

Nicolás Massmann, estudiante de Derecho y secretario del Congreso, señaló al declarar abiertos los trabajos, que “nuestro país atraviesa en estos últimos años una crucial etapa de adaptación de su aparato estatal y corresponde a los universitarios un rol activo y entusiasta en estas tareas”.

En los variados foros y charlas que tuvieron lugar, se discutieron temas como la superación de la extrema pobreza, la mejora del sistema de educación pública y la modernización del Estado, entre otros. Los estudiantes compartieron inquietudes y puntos de vista con expertos del sector público y con destacadas personalidades del ámbito universitario e investigativo. Especial importancia se dio a la búsqueda de soluciones políticas acordes con el espíritu cristiano y con la dignidad de la persona.

En uno de los foros, el económico, se afrontaron las nuevas tendencias en política económica y defensa, así como la relación entre crecimiento demográfico y pobreza, que no siempre es correctamente interpretada por la opinión pública.

Por su parte, el foro cultural abordó la importancia de la Universidad en la creación de una cultura cívica y de una sociedad basada en el derecho, sin perjuicio del papel del Estado, que no puede eludir la responsabilidad de defender los valores que alimentan la construcción de una colectividad pacífica y solidaria.

Se abordaron también otros temas, como las políticas más eficaces para combatir la delincuencia y el rol del estado frente a los medios de comunicación.

Los asistentes al Congreso también tuvieron la oportunidad de exponer trabajos relacionados con sus respectivas áreas de estudio. Felipe Bernal, estudiante de ingeniería, declaró al recibir un premio por su ponencia: “Nosotros, que tenemos el privilegio de ser universitarios, no podemos marginarnos de las decisiones que tocan el bien común de la nación”.

Al terminar el congreso, el comité organizador animó a los participantes a hacer de sus estudios un auténtico instrumento de servicio a la ciudadanía. Aquel día era convicción común entre los asistentes que el Congreso en realidad no había terminado, pues aún faltaba lo más importante: tomar parte activa en las decisiones del país, aportando toda la riqueza política y social que posee el ideal cristiano.