Una parroquia con el ambiente de Nazaret

De la nada, al bastante, por la gracia de Dios. Una mujer que reza. Un sacerdote disponible. Una iglesia que arranca. Un barrio que crece. Así escribe su párroco los primeros años de historia de de Santa María de Nazaret, ubicada en el Ensanche de Vallecas, en Madrid.

Llevaba años pidiéndoselo a Don Álvaro del Portillo, que todavía no era beato. La anciana rogaba a Dios que viniera un sacerdote para atender el inmenso barrio al que se había mudado y en el que se encontraba muy perdida. Miles de viviendas, distancias enormes, escasos comercios y mucha soledad. Ella se daba cuenta de que hacía falta una parroquia y un párroco para encender los ánimos de los cristianos que, sin conocerse, habitan este nuevo vecindario. A la iglesia más cercana se llegaba en coche, o después de una hora de camino.

Miles de viviendas, distancias enormes, escasos comercios y mucha soledad. Ella se daba cuenta de que hacía falta una parroquia y un párroco para encender los ánimos de los cristianos que, sin conocerse, habitan este nuevo vecindario

En el plazo previsto, el beato Álvaro cumplió sus expectativas, y hoy por fin hay párroco, vicario parroquial, un templo provisional y un proyecto maravilloso. María contó esta historia al arzobispo de Madrid cuando se celebró la primera Misa, y el arzobispo sentenció que era necesario poner una imagen del nuevo beato. Lo haremos pronto.

“Algunos días no venía nadie, y la mayoría de las veces la media era de tres o cuatro asistentes… El encargo del arzobispo de construir una parroquia debía comenzar por acercar a los vecinos a la Iglesia”.

En septiembre de 2012 llegué al Ensanche de Vallecas para iniciar la andadura de la parroquia Santa María de Nazaret. No disponía de iglesia, ni viviendas, ni locales. Durante dos años y medio celebré Misa en un colegio de la zona, que cedió su capilla para la actividad parroquial. Algunos días no venía nadie, y la mayoría de las veces la media era de tres o cuatro asistentes… El encargo del arzobispo de construir una parroquia debía comenzar por acercar a los vecinos a la Iglesia. Pusimos ganas y esfuerzo, y nuevamente comprobamos que Dios no se deja ganar en generosidad.

El interés de los más jóvenes

Aún recuerdo la primera salida con jóvenes del entorno de la parroquia. Fue al castillo de Javier, en Navarra, en marzo de 2013. Con la ayuda de un grupo de profesores del colegio cercano, conseguimos que se entusiasmaran con el viaje chavales de 14 a 18 años suficientes para llenar un autobús. Provenían de once países distintos y de cuatro religiones: católicos, protestantes, musulmanes y un seguidor de una religión oriental. En el bus también tenían asiento jóvenes sin fe, sin religión, o sin interés por darse una respuesta a las primeras y últimas preguntas del hombre. En cualquier casi todos participaron en la meditación diaria y en la Misa. Todos los estudiantes católicos se confesaron, y tuvimos que frenar a los evangélicos, ya que algunos de ellos andaban animados por la iniciativa penitencial. Uno aprovechó esos días para pedir la admisión en la Iglesia Católica y el quinto misterio del rosario lo rezó todos los días la misma musulmana egipcia. Sí. Sorprendente.

Aún recuerdo la primera salida con jóvenes del entorno de la parroquia (...) Provenían de once países distintos y de cuatro religiones: católicos, protestantes, musulmanes y un seguidor de una religión oriental

Esa convivencia se ha repetido cada año, de modo que ya vamos por la tercera edición. En la última ocasión, hemos dedicado el tiempo de la formación a unas clases sobre virtudes humanas. Jorge tiene quince años, ha estado en un internado, lleva varios colegios a sus espaldas y demasiada vida. Desde que llegó a la parroquia está encantado. En esta ocasión –cuando terminó la charla- comentó que le había encantado el tema porque "para llegar lejos hay que dar el primer paso". Las virtudes humanas eran, para él, ese primer paso.

“El año pasado participamos con bastantes familias de unos días de convivencia en un albergue público del Valle de Arán. Éramos algo más de cien personas”.

De estos años de convivencia hay mil historias. La mayoría, silenciosas, discretas, y, a la vez, espectaculares. Porque la gracia de Dios actúa con mucha fuerza.

Sede temporal, pero digna

Hay dos momentos especialmente emocionantes en la vida de la parroquia. El primero fue la inauguración de un templo provisional que nos ha dado independencia y mayor amplitud de horarios. Desde diciembre de 2014 tenemos nuestra propia iglesia, bien puesta, bonita, temporal pero muy digna. Se ha multiplicado por dos el número de asistentes, y ya estamos pensando en poner la quinta Misa los domingos. Es habitual escuchar el comentario sorprendido de los curiosos que entran y exclaman boquiabiertos: ¡Qué iglesia tan bonita!

Desde diciembre de 2014 tenemos nuestra propia iglesia, bien puesta, bonita, temporal pero muy digna. Se ha multiplicado por dos el número de asistentes, y ya estamos pensando en poner la quinta Misa los domingos

El segundo fue la llegada en mayo de 2015 de la imagen de Santa María de Nazaret, titular de la parroquia. Habíamos hecho un concurso en el que participaron tres escultores. Finalmente, elegimos el modelo que más se adecuaba a nuestros deseos: una imagen piadosa y al mismo tiempo, moderna. La imagen seleccionada representa a la Virgen en actitud meditativa tras recibir el anuncio del arcángel. El Verbo de Dios ya está en ella, de modo que se mira con estupor, alegre por la gracia, que le cubre de un modo singular, extendiéndose por su mano a todos los hombres. Ella ha comenzado a ser madre de todos los vallecanos del Ensanche y ya ha comenzado a glosar con bellas historias los días y años de nuestro barrio.

“Hay dos momentos especialmente emocionantes en la vida de la parroquia. El primero fue la inauguración de un templo provisional”.

Bajo la protección de Santa María de Nazaret, y con la ayuda de este nuevo templo provisional, hemos continuado las actividades que ya teníamos en el colegio cercano, además de otras nuevas que van surgiendo. Da gusto poder celebrar cada jueves, viernes y domingo la exposición con el Santísimo; acoger retiros espirituales, abrir el tiemplo en horarios holgados, poder ofrecer consejo a tantas personas que vienen, cada una con sus circunstancias variadas, y acompañar en la dirección espiritual a jóvenes y mayores, hombres y mujeres, casados y solteros. De esa cantera saldrán buenos diamantes. Es cuestión de fe. Y de tiempo…

Bajo la protección de Santa María de Nazaret, y con la ayuda de este nuevo templo provisional, hemos continuado las actividades que ya teníamos en el colegio cercano, además de otras nuevas que van surgiendo

Parroquia “extra” muros

No queremos que la labor de esta iglesia tenga muros, y por eso no reducimos nuestras actividades a lo que acontece en los estrechos marcos de nuestro digno pero exiguo edificio. El año pasado participamos con bastantes familias de unos días de convivencia en un albergue público del Valle de Arán. Éramos algo más de cien personas. La influencia de aquellos días se dejó sentir en todo el curso siguiente, porque la parroquia había dejado de ser un conjunto de seres anónimos: ahora se conocen y tienen gusto de ir a Misa con frecuencia, practicar deportes juntos o propiciar eventos colectivos y sanos para los ellos y para sus hijos. Esa cultura de encuentro es fundamental en una parroquia que funciona, que puede ser luz para un barrio como el Ensanche.

Este buen clima amistad entre los feligreses se ha notado en la actividad diaria y dominical de la parroquia. El 16 de julio, día del Carmen, me emocioné al ver más de setenta personas en Misa, porque era miércoles. ¡Qué lejos quedaban los días en que había que acompañar todo el tiempo a Jesús, sólo entre estos muros! Y sin embargo, de aquello hace poco más de dos años...

La parroquia había dejado de ser un conjunto de seres anónimos: ahora se conocen y tienen gusto de ir a Misa con frecuencia, practicar deportes juntos o propiciar eventos colectivos y sanos para los ellos y para sus hijos

Doy muchas gracias a Dios, porque crece el número de niños en catequesis (más de trescientos); además de los monaguillos, los jóvenes, los universitarios y jóvenes profesionales. Si Dios quiere, que seguro que quiere, de ahí vendrán las vocaciones, que pedimos todos los días al Señor, para el Seminario de la diócesis y para tantas instituciones de la Iglesia.

Abiertos, de verdad

Pero todo esto quedaría en nada si no libráramos esta guerra de amor “uno a uno”: una mujer trae a su compañera de trabajo para que bautice al hijo con el consentimiento de su marido, que es musulmán; otro, trae a confesar a un compañero del fútbol el día antes de su boda y doce meses antes del bautizo del primer hijo; otros vienen movidos por la curiosidad, porque "el otro día me hablaste en el parque y parecías simpático; además trataste bien a mi perro"... En fin, mil pequeñas ocasiones, que recuerdan que en el apostolado hay que estar siempre preparado para la acción, porque, como dice el refrán popular “donde menos lo esperas, salta la liebre”.

Una mujer trae a su compañera de trabajo para que bautice al hijo con el consentimiento de su marido, que es musulmán; otro, trae a confesar a un compañero del fútbol el día antes de su boda y doce meses antes del bautizo del primer hijo

En el fondo, toda nuestra tarea consiste en cuidar a cada uno... y Dios hace milagros. Cuando llegué al barrio me ayudaron mucho Irene y Maxi, dos estudiantes de bachillerato que me presentaron en el colegio. Gracias a ellos pude organizar la toma de posesión y tener los dos primeros catequistas, además de la formación de jóvenes. Durante días repartimos cartas informando de la nueva parroquia. Hoy Maxi está cursando su segundo año camino del sacerdocio.

Decenas de apóstoles. Decenas de hombres y mujeres con el deseo de ser útiles, de dejar poso, de hacer del primer punto de Camino una norma de vida. Esa es la formación que estamos procurando transmitir a nuestros feligreses

Decenas de apóstoles. Decenas de hombres y mujeres con el deseo de ser útiles, de dejar poso, de hacer del primer punto de Camino una norma de vida. Esa es la formación que estamos procurando transmitir a nuestros feligreses, y esa es la respuesta que estamos recibiendo: crecer en alegría y en gracia de Dios, con el patrocinio de Santa María de Nazaret, las oraciones de nuestro arzobispo, y la velada y eficaz intercesión del beato Álvaro.