El Papa finaliza su viaje a Alemania

Benedicto XVI ha concluido su viaje a Baviera (Alemania). El Santo Padre ha pronunciado diversos discursos, de los que hemos tomado una selección. En ellos ha subrayado que Dios "tiene rostro humano" y "nos salva del miedo del mundo".

Llegada del Papa a Münich.

14 septiembre 2006. Catedral de Freising. Encuentro final del viaje.

Antes de regresar a Roma, el Papa ha acudido a Freising, importante ciudad bávara. En su catedral, construida en 1205 y dedicada a Santa María y San Corbininano, fue ordenado en 1951 el ahora Santo Padre. Benedicto XVI, dejando aparte el texto que iba a leer, hizo oración en voz alta ante los asistentes, entre los que estaban 30 sacerdotes ordenados el mismo día que el pontífice. Seleccionamos algunos puntos de su discurso.

"Cristo ve el mundo como el campo de Dios -dice el Santo Padre-, donde madura una rica cosecha que necesita obreros. La actitud principal de Jesús es un optimismo de fondo basado en la confianza en la potencia del Padre, el dueño de la mies. Esta actitud es para nosotros motivo de esperanza".

"Hay que tener siempre presente cuanto afirma el texto bíblico: es "el Dueño de la mies" el que manda "los obreros" a su siembra. Jesús no dio a sus discípulos la tarea de ir a llamar a otros voluntarios o de organizar campañas de promoción para recoger nuevas adhesiones, sino la de "rezar" a Dios".

“Este hecho no significa que la pastoral vocacional tenga que limitarse a la oración. Rezar al dueño de la mies quiere decir que solo permaneciendo en íntima comunión con el Dueño, que está lleno de amor y compasión por la humanidad, se puede involucrar a otros obreros en el trabajo por el reino de Dios".

"No hay que moverse dentro de una lógica de números y de eficiencia, sino de gratuidad y entrega. Los obreros de la mies de Dios son los que siguen las huellas de Cristo y esto presupone el desprendimiento de sí mismo y la plena "sintonía" con su voluntad".

"Pensemos en la importancia de las madres y de los padres, de las abuelas y de los abuelos, en la importancia de la familia como ambiente de vida y de oración, donde se aprende a rezar y donde pueden madurar las vocaciones".

13 de septiembre de 2006. Ratisbona. Ante unas trescientas mil personas reunidas en el llamado “Prado del Papa”, Benedicto XVI expresó un “Gracias de corazón” a los habitantes de Ratisbona.

“Desde la Ilustración, al menos una parte de la ciencia se ha dedicado a buscar una explicación al mundo en la que Dios sería innecesario. Y si eso fuera así, Dios se haría innecesario en nuestras vidas”.

“[Pero] cada vez que parecía que este intento había logrado éxito, inevitablemente surgía lo evidente: ¡algo falta en la ecuación! Cuando se resta a Dios, algo no suma para el hombre, el mundo y todo el vasto universo”.

“Hoy, que hemos aprendido a reconocer las patologías y las enfermedades mortales asociadas con la religión y de la razón, y los modos en que la imagen de Dios puede ser destruida a causa del odio y el fanatismo, es importante decir con claridad en qué Dios creemos y profesar confiadamente que este Dios tiene rostro humano”.

“Solo esto nos libera de tener miedo a Dios, que está últimamente en la raíz del ateísmo moderno. Solo este Dios nos salva del miedo del mundo y de la ansiedad ante el vacío de la vida”.

Benedicto XVI. Foto: Efe.

“La fe no está para dar miedo; en cambio, con certeza nos llama a la responsabilidad. No debemos desperdiciar nuestra vida, ni abusar de ella; tampoco debemos guardarla para nosotros mismos; frente a la injusticia no debemos permanecer indiferentes, haciéndonos colaboradores silenciosos o incluso cómplices. Debemos percibir nuestra misión en la historia y buscar corresponder. Lo que se necesita no es miedo sino responsabilidad, responsabilidad y preocupación por nuestra salvación, y por la salvación de todo el mundo”.

12 de septiembre de 2006. Altötting. Visita a la basílica de Santa Ana de Altötting, construida entre 1910 y 1912.

"La mies de Dios es mucha y necesita obreros: en el llamado Tercer Mundo -en América Latina, en Africa y en Asia- la gente espera heraldos que lleven el Evangelio de la paz, el mensaje de Dios hecho hombre. Pero también en el llamado Occidente, aquí en Alemania, así como en la inmensa Rusia, es verdad que la mies podría ser mucha. Sin embargo, faltan personas dispuestas a hacerse obreros en la mies de Dios".

"La verdadera amenaza para su identidad [Asia y África] no la ven en la fe cristiana, sino en el desprecio de Dios y en el cinismo que considera la falta de respeto por lo sagrado un derecho de la libertad"

[Dirigiéndose al Señor] "¡Mira el mundo y manda obreros! Con esta petición, llamamos a la puerta de Dios; pero el Señor llama a nuestro corazón y hace esta misma petición. Señor, ¿me quieres? ¿No es quizá demasiado grande para mí? ¿No soy quizá demasiado pequeño para esto? "No temas", dijo el ángel a María. "No temas, te he llamado por tu nombre", nos dice a cada uno mediante el profeta Isaías".

"Sólo quien está "con Él" aprende a conocerlo y puede anunciarlo realmente. Quien está con El, no se reserva lo que ha encontrado, sino que debe comunicarlo".

"Un modo esencial de estar con el Señor es la adoración eucarística. En la hostia consagrada está presente El, el verdadero tesoro, siempre a nuestro alcance. Sólo en la adoración aprendemos a recibirlo de modo justo. ¡Amemos estar con el Señor! En el sagrario podemos hablar con El de todo. ¡Podemos exponerle nuestras peticiones, nuestras preocupaciones, nuestras angustias, nuestras alegrías, nuestra gratitud, nuestras desilusiones, nuestras esperanzas! Allí podemos repetirle nuevamente: "¡Señor, manda obreros a tu mies! ¡Ayúdame a ser un buen trabajador de tu viña!".

[María] "estuvo con Jesús durante toda su vida y, por tanto, estaba y sigue estando plenamente a disposición de los seres humanos. Pensemos en su madre Ana, y con ella en la importancia de las madres y de los padres, de las abuelas y de los abuelos, en la importancia de la familia como ambiente de vida y de oración, donde se aprende a rezar y donde pueden madurar las vocaciones".

11 septiembre 2006. Santuario mariano de Altötting (Baviera) Según la leyenda el obispo Rupertus von Salzburg bautizó en este lugar en el siglo VIII al primer duque bávaro de fe católica. En 1330 se colocó en el primitivo templo una imagen de la Virgen María con el Niño Jesús y en 1489 la iglesia fue escenario de dos apariciones de Nuestra Señora que le dieron la fama de la que disfruta. El templo custodia además, en urnas de argento, los corazones de todos los reyes de Baviera.

La visita del Papa alemán ha entusiasmado a sus compatriotas.

[María, en el Evangelio de las bodas de Caná], "pide a su Hijo que ayude a los amigos que se encuentran en dificultad" pero se dirige a Él, "no solamente como a un hombre", sino que "confía una necesidad humana a su poder que va más allá de la acción y la capacidad humanas". Sin embargo, "no dice a Jesús qué es lo que tiene que hacer; no le pide en absoluto un milagro, sencillamente le confía la situación y deja la decisión en sus manos".

La respuesta de Jesús a María: "Mujer, ¿qué nos importa a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora", no presupone desatención, sino que anticipa el lugar de María en la historia de la salvación cuando en la Cruz, Jesús hará de su madre la madre de todos sus discípulos. María representa la mujer nueva y definitiva, compañera del Redentor y madre nuestra: el apelativo, aparentemente poco afectuoso, expresa en cambio la grandeza de su misión".

Cristo y su madre están unidos, por la aceptación de la voluntad de Dios que María hace patente durante la Anunciación. En este doble sí, la obediencia del Hijo se hace cuerpo, María le da el cuerpo. Lo que tienen en relación los dos es este doble sí. El Señor se refiere con su palabra a este punto de su unidad profunda".

Por eso, Jesús no actúa nunca solo para sí, ni para complacer a los demás. Actúa partiendo siempre de la voluntad del Padre. En el episodio de Caná no juega con su poder en un asunto, en el fondo, personal. Da una señal, con la que anuncia su hora. En la señal de la transformación del agua en vino, en la señal del regalo de fiesta, anticipa su hora ya desde este momento".

Columna de la Virgen, a quien el Santo Padre dirigió su oración.

10 septiembre. Munich, Plaza de María. En el centro de esta plaza se halla la "Mariensäule" (Columna con la Virgen). En lo alto, hay una estatua de bronce dorado de la Virgen, patrona de Baviera, que fue erigida en 1638 por Maximiliano I, en acción de gracias por el fin de la ocupación sueca de la ciudad durante la guerra de los Treinta años. 

El Papa fue obispo de esta diócesis, como sucesor de san Corbiniano. Según la leyenda, un oso había despedazado el caballo del santo cuando se dirigía a Roma. Corbiniano le reprochó por aquella fechoría y, en castigo, le cargó en sus lomos la carga que hasta ese momento había llevado el caballo.

"San Corbiniano dejó libre al oso al llegar a Roma. En mi caso, el ‘Amo’ ha decidido otra cosa. Me encuentro, por tanto, de nuevo a los pies de la "Mariensäule" para implorar la intercesión y la bendición de la Madre de Dios, este vez no sólo para la ciudad de Munich y para Baviera, sino para la Iglesia universal y para todos los seres humanos de buena voluntad".

(Dirigiéndose a la Virgen) "Nuestros antepasados, en un período de tribulación, erigieron aquí, en el centro de la ciudad de Munich, tu imagen, para confiarte la ciudad y el país. Querían encontrarte siempre en sus caminos ordinarios y aprender de Ti cómo vivir de modo justo su existencia humana. Ayúdanos -concluyó el Papa- a tener paciencia y a ser humildes, a ser libres y valientes, como lo fuiste Tú en el momento de la Cruz.

"Acompañad a vuestros hijos en el camino hacia la Comunión. Id con ellos a la iglesia para participar en la celebración eucarística de los domingos. No es tiempo perdido".

10 septiembre. Misa en Munich. Ante 250.000 personas, el Papa habló en la homilía sobre el rostro que Occidente presenta a otras culturas, un rostro en el que la imagen de Dios se va desvaneciendo.

"Si [Occidente] sólo transmite conocimientos, habilidades, capacidad técnica e instrumentos, se transmite poco. Entonces entran en seguida en juego los mecanismos de la violencia, y la capacidad de destruir y de matar se convierte en la capacidad predominante para alcanzar el poder. De esta forma, se aleja cada vez más de la reconciliación, del compromiso común por la justicia y el amor".

"Las poblaciones de Africa y de Asia admiran nuestras capacidades técnicas y nuestra ciencia, pero al mismo tiempo, se asustan frente a un tipo de razón que excluye totalmente a Dios de la visión del hombre, considerando ésta la forma más sublime de la razón, que hay que imponer también a sus culturas. La verdadera amenaza para su identidad no la ven en la fe cristiana, sino en el desprecio de Dios y en el cinismo que considera la falta de respeto por lo sagrado un derecho de la libertad y convierte la utilidad en criterio moral supremo para los futuros éxitos de la investigación".

"¡Este cinismo no es el tipo de tolerancia y de apertura cultural que esperan los pueblos y que deseamos todos! La tolerancia de la que tenemos necesidad urgente comprende el temor de Dios, el respeto de lo que para otros es sagrado. Este sentido de respeto sólo puede ser regenerado en el mundo occidental si crece de nuevo la fe en Dios, si Dios está presente de nuevo en nosotros. Esta fe no la imponemos a nadie. La fe solo se puede desarrollar con libertad. Sin embargo, pedimos a los seres humanos que, en el ejercicio de su libertad, se abran a Dios, que lo busquen y lo escuchen".

"El mundo tiene necesidad de Dios. Nosotros tenemos necesidad de Dios. ¿De qué Dios? Del Dios cuya "venganza" es la Cruz: el "No" a la violencia, el amor hasta el final. No somos irrespetuosos con las otras religiones y culturas, con la profunda veneración por su fe, si confesamos con voz alta y sin ambigüedades a aquel Dios que opone su sufrimiento a la violencia; que frente al mal y a su poder eleva, como límite y superación, su misericordia. Dirigimos a El nuestra súplica, para que esté con nosotros y nos ayude a ser sus testigos creíbles".

'Tenemos necesidad de Dios. ¿De qué Dios? Del Dios cuya 'venganza' es la Cruz'.

10 septiembre. Catedral de Nuestra Señora de Munich. El templo, edificado entre 1468 y 1488, fue casi completamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial. Al encuentro asistían niños que han hecho la primera Comunión y sus familias.

“Durante nuestra vida, todos estamos en camino y queremos descubrir la senda justa. No queremos decir al final: he tomado el camino equivocado, mi vida ha fracasado".

"Acompañad a vuestros hijos en el camino hacia la Comunión. Id con ellos a la iglesia para participar en la celebración eucarística de los domingos. No es tiempo perdido, toda la semana es más hermosa si participáis juntos en la liturgia dominical. Rezad juntos en casa. La oración no sólo nos lleva hacia Dios, sino que también nos acerca a los demás".

"Os pido que tengáis presente en la escuela la búsqueda de Dios. Sé que en nuestro mundo pluralista es difícil poner en marcha en la escuela el tema de la fe. Estimulad a los alumnos a preguntarse de dónde venimos y a dónde vamos en nuestra vida".