El Arzobispo de la arquidiócesis de León (México), Mons. Alfonso Cortés Contreras, clausuró el 30 de agosto el proceso previsto en la Instrucción Sanctorum Mater, sobre el estudio de una presunta curación de carácter milagroso atribuida a la intercesión del beato Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría. Ahora las actas del proceso se entregarán en Roma al Dicasterio de las Causas de los Santos para que estudie el caso.
El posible milagro consiste en la rapidez y en la integridad de la recuperación, sin rehabilitación, de Juan Carlos Bisogno, quien sufrió a causa de un accidente un traumatismo craneoencefálico severo, fractura con hundimiento temporal, pneumoencéfalo y fractura de piso medio, con la total ausencia de secuelas neurológicas y psicológicas.
El arzobispo de León, al acabar la sesión, comentó que deseaba que “esta obra nueva que se ha comenzado tenga término feliz, con la finalidad de que sea para gloria de Dios, para expresar cómo Dios nuestro Señor hace obras maravillosas en sus hijos y en este caso, en nuestro hermano Álvaro del Portillo. Que Dios Nuestro Señor sea glorificado con su vida y que su vida sea también un ejemplo para todos nosotros de seguir adelante, de seguir sirviendo a Dios y seguir sirviendo a la Iglesia”.
A los presentes en la sesión les llenó de alegría, también, el recordar que la mamá del beato Álvaro era mexicana.
En el acto estuvieron presentes el vicario regional de la Prelatura del Opus Dei en México, José Ricardo Furber Cano; y el vicario de la Prelatura en Guadalajara, Juan Pablo Wong González, quien recibió el encargo de llevar las actas del proceso a Roma.
Álvaro del Portillo fue beatificado en Madrid, en 2014. La Iglesia consideró que había intercedido ante Dios en la curación del niño chileno José Ignacio Ureta Wilson, tras un paro cardíaco de más de media hora.