De Piura a Roma: La vivencia del UNIV

Un grupo de universitarios acudieron a Roma para participar del congreso UNIV, en marzo último. Respirar el aire de universalidad de la Iglesia, contemplar la riqueza artística, rezar junto al Santo Padre y la convivencia internacional son algunos ingredientes de una invitación a una renovación personal en cada uno.

Tal como era el sueño de san Josemaría, el congreso UNIV 2024 fue una  gran ocasión para fortalecer la amistad y para despertar la amplitud de miras, el espíritu universal y católico que cada cristiano está llamado a cultivar.

Desde Piura, este año nos propusimos realizar un nuevo recorrido rumbo al Congreso UNIV en Roma, durante Semana Santa. Empezamos por Milán. Recién llegados nos dirigimos a un departamento que alquilamos por dos noches en la zona de Porta Romana. Milán es una ciudad elegante, su gente viste glamorosamente por la calle, como si ya estuvieran acostumbrados a seguir las modas de la última temporada de manera habitual. Lo que nos ha traído a esta hermosa ciudad es el deseo de poder contemplar uno de los frescos más famosos de la historia: “La última cena” de Leonardo da Vinci. Durante esos días, también pudimos visitar el Duomo de Milán y el centro histórico de la capital lombarda.

El 19 de marzo, fiesta de San José nos levantamos temprano para asistir a la Misa solemne en Santa María delle Grazie. Después nos dirigimos al edificio que se encuentra justo al lado de la basílica, el “Cenacolo Vinciano”. Dotado de un gran dispositivo de seguridad para ingresar solo contamos con quince minutos para dejarnos asombrar por la obra de Leonardo. Al entrar al habitáculo que alberga el fresco nos quedamos estupefactos. El tamaño y la belleza de la pintura nos impresionó y los quince minutos se esfumaron dejando en cada uno de los cinco viajeros el recuerdo imborrable de haber estado frente a una maravilla del arte.

Ese mismo día abordamos un tren rumbo a Florencia. La ciudad renacentista nos albergó por tres noches. Conseguimos un departamento en pleno centro de la ciudad, a unas pocas cuadras del Duomo. Durante esos días tuvimos la oportunidad de recorrer la joya de la Toscana maravillándonos por su belleza. Visitamos la Galleria degli Ufizzi donde Rafael, Caravaggio y, Rubens, son algunos de los moradores de este encantador museo de arte y cultura.

Luego, nos enrumbamos a la Galleria della Academia donde se expone el coloso de Miguel Ángel: el David. Durante nuestros días en Firenze nos deleitamos con sus platos típicos y la amabilidad de los florentinos. Pudimos asistir a Misa varias veces en la catedral bajo la cúpula de Bruneleschi, un hito de la arquitectura compuesto por 4 millones de ladrillos que se sostienen sobre sí mismos y que tomó dieciséis años en construirse.

Nuestra próxima parada fue Asís, un pequeño pueblo medieval donde se encuentran los restos de San Francisco, Santa Clara y el reciente Beato Carlo Acutis, un muchacho de quince años que muchos conocen como el patrono de internet. Nos sorprendió la cercanía de la posibilidad de alcanzar la santidad en lo cotidiano al verlo reposando en su tumba con jeans y zapatillas.

Dejamos la paz de Asís para seguir nuestro viaje en tren hacia Termini, la estación central de la ciudad eterna. Llegamos de noche directo a nuestro alojamiento para toda la Semana Santa, una enorme residencia en la via Casilina donde convivimos con un extenso grupo de jóvenes españoles y algunos colombianos.

Esos días nos permitieron entablar nuevas amistades con muchos de ellos. Nuestros almuerzos en el Palazzo Ferrajoli también nos dieron la oportunidad de conocer a jóvenes de los cinco continentes: Japón, Inglaterra y Filipinas son algunos, entre tantos otros con los que compartimos la mesa. Asistimos a la Santa Misa del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro junto al Papa Francisco. Lo vimos pasar muy cerca, después que finalizó la celebración, durante su saludo a los peregrinos en el papamóvil.

El fundador del Opus Dei decía sobre el amor al Papa en “Camino” punto 520: Católico, Apostólico, ¡Romano! —Me gusta que seas muy romano. Y que tengas deseos de hacer tu «romería», «videre Petrum», para ver a Pedro.

El fundador del Opus Dei decía sobre el amor al Papa en “Camino” punto 520: Católico, Apostólico, ¡Romano! —Me gusta que seas muy romano. Y que tengas deseos de hacer tu «romería», «videre Petrum», para ver a Pedro.

El martes santo se llevó a cabo el Congreso UNIV alrededor del tema “El factor humano”. Hubo exponentes de distintos países con diversas aproximaciones a la actual interrogante sobre la relación entre la inteligencia artificial y el ser humano. Coronó la jornada una clase magistral de un profesor experto de la Universidad de Stanford.

Al día siguiente, por la mañana, visitamos los museos vaticanos y nos quedamos una media hora en la Capilla Sixtina. Luego por la tarde tuvimos tertulia con el Prelado de la Obra en Cavabianca. El ambiente en la Piazza del Orologio fue estupendo. El Padre estaba muy contento de que lo visitásemos y después de dirigirnos unas palabras, algunos empezaron a preguntarle sobre distintos temas en una tertulia o un rato de familia donde a pesar de que éramos muchos al mismo tiempo se sentía muy íntima.

Los próximos días tuvimos los oficios del jueves, viernes y sábado santos en Santa María in Ara Celi una basílica cuyos orígenes se remontan hasta los tiempos de los romanos.

Finalmente, el domingo, antes de regresar asistimos a un almuerzo en Cavabianca donde cerramos estos intensos días con un show musical donde los asistentes al UNIV sacaron a relucir sus mejores talentos.

Fueron días intensos, pero bien aprovechados. Aunque notamos el cansancio sabíamos que el esfuerzo había valido la pena pues lo que vivimos en este viaje no lo olvidaremos jamás.

Gonzalo Gálvez Chaparro