Un campamento ecológico a 200 km del Círculo Polar

30 chicos, en su mayoría estonios, finlandeses y rusos, participaron en un campamento ecológico que tuvo lugar el pasado mes de agosto a 200 km del círculo polar ártico. Estaba organizado por los clubes Alfa, de Tallin, y Kuunarikerho, de Helsinki.

“Keitele, Viitasaari, Babel” es, en tres palabras, una buena síntesis de lo que ocurrió este verano en el campamento ecológico organizado por los clubes Alfa, de Tallin, y Kuunarikerho, de Helsinki. La más famosa de todas, Babel, remite al triste conflicto lingüístico que se narra en la Biblia. Keitele, con sus 550 km2, es uno de los miles de lagos cristalinos que hay en Finlandia.

Viitasaari, por último, es un conjunto habitacional, rodeado de bosques, cuya hermosura es contrarrestada por unos mosquitos sumamente amistosos con los visitantes veraniegos. Fue precisamente en este lugar, a 200 km del círculo polar, donde tuvo lugar el campamento.

Una de las características más significativas del campamento fue la diversidad idiomática que había entre los participantes: una pequeña Babel obligó a convertir el inglés en lengua franca. Entre los 30 participantes estaba Alex, un ruso de once años que vive en Tallinn y que tiene una especial debilidad por los idiomas. Siim y Herki, dos estonios de 14 años, se esforzaron por hablar ruso, pero no siempre encontraban expresiones académicas. Alex, que en Estonia ha hecho un curso de español, pudo practicarlo en el campamento, ya que entre los participantes, había dos españoles que viven en Oulu, al norte de Finlandia.

Entre los varios deportes que se practicaron, el fútbol es el que contó con más seguidores: en algunos casos, con auténticos apasionados. Fue el caso de Jaan, Karl, Markus, Sander y Lauri, que habían pagado la cuota de inscripción al campamento con tres meses de antelación, cuando se enteraron de que en Viitasaari se jugaría a fútbol todos los días. Entre las demás actividades lúdicas, destacaron las batallas navales en canoa y los juegos nocturnos en el denso bosque de abedules, pinos y abetos que rodea el lugar.

En esos seis días, los acampados pudieron apreciar la belleza natural de Finlandia y realizaron varias excursiones guiadas a los parques nacionales de los alrededores. El último día, por ejemplo, se dirigieron al Parque Nacional de Pyhä-Häkki, una zona de bosques y pantanos con árboles antiquísimos: entre otros, un impresionante pino de más de quinientos años. Como en toda Finlandia, encontraron siempre sendas y caminos cuidadosamente indicados.

Todos los días, después del desayuno, tuvo lugar una charla de formación humana impartida por alguno de los monitores. A partir de temas muy diversos, en estos encuentros se afrontaban con un enfoque práctico las virtudes humanas – la generosidad, la lealtad, la fortaleza, la sinceridad, etc.- y la necesidad de practicarlas para ser felices y para hacer crecer la personalidad de modo armónico. Una plática de un sacerdote a última hora de la tarde completaba el tiempo dedicado a la formación.

por Henton Figueroa