​En Polonia, un teatro para padres

El colegio "Sternik", de Polonia, propuso a los padres comenzar una actividad de teatro familiar. Se trata de seguir la idea de san Josemaría sobre el "apostolado de la diversión": divertirse juntos acerca a Dios. Anna Murawska explica esta iniciativa.

Cuando el menor de mis hijos fue a la guardería y tuve un poco más de tiempo, decidí invitar a los padres de los niños más pequeños de los grupos de la guardería a preparar juntos una representación teatral de "La Bella Durmiente".

Lo anuncié en el semanario de la escuela y se presentaron una docena de padres dispuestos a poner en escena un cuento de hadas. Teníamos un guion preparado, distribuimos los papeles y empezamos los ensayos.

Quería alcanzar tres objetivos. En primer lugar, quería ofrecer una actuación divertida para los niños a un precio asequible para las familias; en segundo lugar, deseaba integrar a los padres de niños en edad preescolar; y en tercer lugar, pretendía utilizar los fondos recaudados para las necesidades de la escuela.

El teatro aún no tiene tres años y ya estamos preparando la séptima representación

El estreno de "La Bella Durmiente" superó nuestras expectativas. Una multitud de espectadores, grandes críticas, entusiasmo y peticiones de más actuaciones se sucedieron. Los padres se esforzaron tanto que la actuación fue comparable a la de los teatros profesionales.

Ya durante los ensayos sabíamos que no queríamos terminar nuestra aventura con el teatro amateur. Además, más personas querían participar en nuestra empresa: llamaban y pedían un papel. El teatro aún no tiene tres años y ya estamos preparando la séptima representación.

Después de "La bella durmiente" hicimos "Cenicienta", "El patito feo", "Blancanieves" y "La leyenda del dragón de Wawel", de Cracovia. Sucedió que había más candidatos que papeles en el guión, y tuvimos que añadir personajes para ellos. Las actuaciones son principalmente realizadas por los padres, pero también invitamos a los jóvenes a cantar, tocar instrumentos, bailar o apoyarnos técnicamente, y a veces también a los niños.

Actualmente, aproximadamente 50 matrimonios intervienen en el teatro. Cada uno da lo mejor de sí mismo y, al mismo tiempo, sigue desarrollando su propio empleo: informáticos, médicos, arquitectos, abogados, oficinistas, contables o trabajo en la casa. En resumen, todos tenemos poco tiempo.

Anna Murawska con su marido y sus hijos.

Tratamos el teatro como un tiempo de descanso y diversión, ya que puedes divertirte mientras haces algo útil para los demás. Nuestros espectadores vienen con alegría a ver a sus amigos en papeles de cuentos de hadas, a escuchar buena música y oír textos educativos. Las preparaciones para muchos son un trabajo duro, después del trabajo, por las tardes cuando los niños duermen, pero también sirven para descansar y para ayudarnos a formar una hermosa familia.

En mi caso concreto, no es difícil conciliar la participación en el teatro y el trabajo. Soy profesora, pero desde hace 17 años trabajo en casa, pues mi marido y yo tenemos seis hijos. En mi tiempo libre, por la mañana, cuando los niños están en la escuela, escribo obras de teatro. La preparación de cada cuento de hadas lleva de uno a dos meses. Realizamos de siete a diez ensayos.

Los niños más pequeños permanecen bajo el cuidado de mi esposo o de sus hermanos mayores, y los niños mayores me ayudan con asuntos técnicos. Mi esposo también está involucrado en la preparación y disfruta del proyecto conmigo.

Trato de asegurarme de que los textos mencionen tanto a los niños como a los padres. Por ejemplo, en el cuento de hadas, los Enanitos y Blancanieves aparecen como buenos gnomos que, a pesar de sus nombres -Quejica, Timidito, Dormilón, Curiosín, Llorón, Sabelotodo y Sonrisita-, intentan luchar contra sus defectos: ser menos vagos, ser valientes, levantarse pronto, no llorar sin razón, no engañar...

En los cuentos de hadas hay personajes que enseñan viejas costumbres, como el panadero de "La Leyenda del Dragón de Wawel", que dice que hornea el pan sobre el que dibuja la señal de la cruz, para que nunca falte este regalo del cielo.

Al fin y al cabo, los personajes de cuentos de hadas positivos son un buen ejemplo para todos nosotros; mientras que los personajes negativos al final del cuento de hadas entienden su error y tratan de corregirlo.

La iniciativa ha atraído la atención de los medios informativos.

En "El Patito Feo" presenté una escena que a mucha gente le gustó y conmovió mucho. El patito feo cruza el estanque y ve a los cisnes bailarines, se deleita con ellos y se maravilla. "¿De dónde viene el encanto en este baile?", pregunta; y la rana, sentada en el estanque responde: "Estos son los pájaros más fieles, una vez que están en pareja, son fieles el uno al otro sin medida". Los Cisnes Bailarines fueron cuatro parejas casadas que dijeron después de la actuación que los preparativos eran un período de maravillosos encuentros matrimoniales.

Una colega de teatro me dijo que le gustaba mucho que en nuestras obras las parejas en el escenario suelen ser parejas casadas. Es una experiencia agradable para ellos, que les une y les ayuda a divertirse juntos. Una señora sentada en el público se conmovió hasta las lágrimas mientras presentamos a los actores como padres de tres, cuatro, cinco, seis o siete niños. Dijo que fue el momento más hermoso de la actuación.

Nosotros mismos publicitamos el espectáculo, preparamos el escenario, cosemos los trajes y creamos los accesorios. Decidimos que no alquilaríamos ropa, así que tratamos de organizarlo todo con nuestro propio dinero, usando las cosas que guardamos en sótanos y áticos.

La iniciativa teatral es una gran oportunidad para conocer a mucha gente generosa. Los que están dispuestos a dedicar su tiempo a los demás vienen al teatro. Por lo general, también hacemos amigos rápidamente, porque pasamos mucho tiempo trabajando juntos. Después de cada actuación, en invierno nos reunimos para cenar con todos los actores con nuestros cónyuges, en verano con familias enteras en una hoguera; también hablamos de la familia, de la educación de los hijos, etc. El teatro de los padres nos enriquece a cada uno de nosotros.