Soy cristiano evangélico y ayudo en un centro del Opus Dei

Víctor Leonardo, guatemalteco, cristiano evangélico, interesado por la política y emprendedor, nos cuenta cómo ha sido la experiencia de apoyar al Club Universitario Balanyá, un centro de formación del Opus Dei para universitarios y profesionales jóvenes en Ciudad de Guatemala.

En el año 2012, tuve el gusto de conocer a Carlos González quien era mi vecino (ahora amigo) que al igual que yo compartimos el gusto por la política (a través de ella nos conocimos). Siempre coincidimos en los principios cristianos sobre ejercer una política con transparencia y temor de Dios. Pasaron varios años sin vernos, pero conociendo que las amistades no son casualidad si no que Dios nos pone en el camino, el tiempo nos volvería unir.

Y así fue, el pasado año 2022 retomamos comunicación, en esta ocasión, para apoyar el Club Universitario Balanyá en sus diversos espacios. Carlos, supernumerario del Opus Dei y quien apoya en este Club, me comentó las diferentes iniciativas con las que contaba Balanyá para fomentar el desarrollo profesional y académico de muchos jóvenes en Guatemala.

Me explicó tres iniciativas que me parecieron interesantes: Balanyá Talks, conferencias que están pensadas para la formación en cultura general (cine, deporte, artes, etc.), el Club Polis de Ciudadanía y Política, enfocado en temas políticos y de coyuntura nacional e internacional y el Club Hub de Emprendimiento y Negocios, dedicado a jóvenes con intereses empresariales y de negocios.

De esta manera, Carlos solicitó mi ayuda para apoyar al Club acercando a diferentes personalidades del país que yo conozco por mi trabajo, para compartir sus experiencias con los universitarios de Balanyá. Me pareció muy enriquecedora esta labor de un centro del Opus Dei, en la que los jóvenes que asisten al Club cuentan con estos espacios de diálogo y formación.

Por otro lado, cuando Carlos me dio un tour por primera vez a las instalaciones del Club Universitario Balanyá y me contó su razón de ser e historia quedé asombrado. Vi como de forma muy auténtica a través de la fe cristiana y muy específicamente por medio del espíritu del Opus Dei, de buscar a Dios a través del trabajo profesional, este centro de formación busca que un grupo de jóvenes tengan conocimientos amplios de las diversas aristas que componen la sociedad para tener así mejores ciudadanos.

Esto conectó inmediatamente conmigo ya que, si no se procura recuperar el tejido social del país y ser un agente de cambio, ¿cuál es la razón de estar en este mundo?; ¿pasar por la vida sin dejar huella?, es necesario dejar un legado, así como lo hizo nuestro Señor Jesucristo en la historia.

Victor Leonardo en una actividad en Balanyá

Ese mismo día del tour por las instalaciones tuve el gusto de conocer a otras personas en el Club Universitario, quienes me recibieron de una manera muy fraterna. Este grupo de personas realmente me ha recibido de la mejor forma; el conocimiento y experiencia adquirida hay que compartirlos y eso he aprendido en un lugar tan especial como el Club Universitario Balanyá, un espacio que nos unió por nuestra fe cristiana. Yo soy cristiano evangélico y me llama la atención la apertura que tiene este centro del Opus Dei, y he podido constatar que el Club Universitario Balanyá procura inculcar y promover en sus miembros esos valores máximos que todos los cristianos debemos de tener: coherencia de vida, ejemplaridad, entre otros.

En una sociedad permisiva y en un mundo donde la falta de principios es aplaudida por muchos, es necesario contar con espacios como los que promueve el Club Universitario Balanyá, para demostrar que no todo está perdido y que mientras haya vida hay esperanza, a pesar de lo obscuro del panorama es ahí donde debemos reflexionar y pensar ¿qué haría Cristo en mi lugar?

Debemos empezar a construir las bases de lo que queremos dejar a nuestras generaciones que vienen detrás, caso contrario en lugar de heredar bases sólidas en las cuales construir como sociedad, los que vengan después encontrarán un país en ruinas y destrucción ¿qué país es el que queremos dejar a nuestras próximas generaciones? Todas estas preguntas que en su momento me he planteado encontraron su respuesta y esperanza en el Club, que lucha por esos ideales nobles que siempre he tenido.

Y es así como muchas veces tristemente nos enfocamos más en nuestras diferencias y no en lo que nos une, es ahí donde debemos tener la capacidad que Dios ha puesto en nosotros, ese diálogo y cooperación que nos da la madurez de poder conversar con personas que nunca imaginamos, como me sucedió a mi dentro del Opus Dei siendo un cristiano evangélico.