Queridos hermanos y hermanas:
Hoy tratamos la bienaventuranza que dice: «Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5,7). En esta bienaventuranza coinciden la causa y el fruto de la misma. Aquellos que ejercitan la misericordia serán “misericordiados”.
En esta bienaventuranza coinciden la causa y el fruto de la misma
Este tema del perdón recíproco está presente en toda la enseñanza del Señor, de modo particular, en la oración del padrenuestro en la que pedimos: «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden».
Hay dos elementos que no se pueden separar: el perdón recibido y el perdón que se da. El hecho de la reciprocidad de la misericordia indica que tenemos que cambiar de perspectiva; no podemos denegar el perdón a quien nos ha ofendido, por muy difícil que sea, porque necesitamos recordar que sólo “perdonando a los demás, somos perdonados por Dios”.
Hay dos elementos que no se pueden separar: el perdón recibido y el perdón que se da
Del Señor aprendemos a ser misericordiosos, pues Él nos precede y nos perdona antes; y al experimentar su perdón en nosotros, somos capaces de perdonar. La misericordia está al centro del cristianismo, y es la meta de todo camino espiritual; es uno de los frutos más bellos de la caridad, que nos hace libres y felices.
Saludos
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española, que siguen esta catequesis a través de los medios de comunicación. Pidamos al Señor que, en este momento particularmente difícil para todos, podamos redescubrir dentro de nosotros su Presencia que nos ama y nos sostiene, y de este modo ser portadores de su ternura a cuantos nos rodean, con obras de cercanía y de bien. Que Dios los bendiga.
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Algunos recursos relacionados con esta catequesis del Papa sobre las bienaventuranzas
• Cuatro artículos sobre las bienaventuranzas
• Versión digital gratuita de los Evangelios.
• Comentario de san Josemaría a las Bienaventuranzas (audio y texto)