Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
Como os anuncié, a finales del mes pasado tuvo lugar la segunda reunión de expertos de la Santa Sede y de la Obra, para estudiar –como nos ha pedido el Papa– los posibles cambios en los Estatutos de la Prelatura. El próximo encuentro está previsto para mediados de septiembre. Sigamos rezando por el desarrollo de estos trabajos.
El pasado 28 de junio, de camino hacia Milán, pude bendecir en Carrara una imagen de la Virgen, Mater Pulchrae Dilectionis, encargada por vuestras hermanas y hermanos de Estados Unidos, cumpliendo un antiguo deseo de nuestro Padre. Después, ya en Milán, tuve la alegría de estar con muchas personas que, con gran generosidad y sacrificio, promueven y sostienen en Italia escuelas de inspiración cristiana.
Dentro de pocos días, emprenderé el viaje a algunos países de Sudamérica, comenzando por Chile. Como para todo, cuento con la ayuda de vuestra oración.
A la vez, es lógico que el pensamiento y la oración de todos se extiendan al resto del mundo, especialmente a los lugares donde la Iglesia sufre más en sus miembros. No dejemos de meditar y vivir aquello que nos escribió san Josemaría: «Hijos míos, no podemos mirar solo a la Obra: miramos primero y siempre a la Iglesia santa» (Carta 14-IX-1951, n. 27).
Con todo cariño os bendice
vuestro Padre
Pamplona, 15 de julio de 2024