«Que el vicario de Cristo te administre el perdón de Dios tiene un significado especial»

Francisco fue uno de los tres jóvenes a los que confesó el Papa en la JMJ de Lisboa. En esta historia cuenta cómo vivió los momentos previos y posteriores, además de la cercanía y la sencillez con la que le trató el Santo Padre.

Francisco con el Papa. Fotos: Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023

Francisco Valverde es de Córdoba, y en enero le ofrecieron la posibilidad de participar como voluntario en el comité organizador de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa. “Cuando surgió la posibilidad me daba un poco de vértigo, ya que por entonces estudiaba y trabajaba al mismo tiempo, y participar en este evento suponía ir a vivir a Lisboa y dejar de lado la vida y los estudios que tenía empezados en Córdoba”.

Sin embargo, su sorpresa fue mayor cuando, unas semanas antes de que comenzara la Jornada Mundial de la Juventud, los responsables de la pastoral de este evento le propusieron ser uno de los tres jóvenes a los que confesaría el Papa Francisco cuando estuviese en Lisboa.


Enlace relacionado Libro electrónico “Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023”


“Al principio no me lo podía creer, pensaba que me estaban gastando una broma. Cuando me paré a pensarlo, casi se me saltan las lágrimas de la emoción. Al principio me impuso mucho la situación. Me acuerdo que días antes estaba muy nervioso, e incluso la noche previa casi no pude dormir. Sin embargo, la mañana en la que era la confesión ya estaba con mucha paz, y luego cuando conocí al Papa, su cercanía y su amabilidad me hizo sentir mucho más tranquilo”.

Las confesiones durante la semana de la JMJ se celebraron en el “Parque del Perdón”. A las afueras de Lisboa, en Belem, se instalaron 150 confesionarios con sacerdotes de distintas nacionalidades que durante todo el día administraban el sacramento de la Reconciliación en más de treinta idiomas. Los confesionarios, hechos de madera, fueron construidos por los presos de la cárcel de Coimbra y Oporto.

Francisco siendo entrevistado por un periodista después de estar con el papa.
Francisco atiende a un periodista después de estar con el Papa.

El Papa Francisco confesó a tres jóvenes el 4 de agosto: Francisco, el protagonista de esta historia, y a otros dos de nacionalidad italiana y guatemalteca. Cuenta el protagonista de esta historia que, al dirigirse al confesionario, “iba con la idea de encontrarme a un Papa, que de primeras puede imponer mucho, pero me encontré con la cercanía del sacerdote de cualquier parroquia”. 

Destaca la sencillez en el tú a tú y la humildad con la que le trató: “incluso bromeó conmigo y con los calcetines que llevaba, que eran burdeos, del mismo color que el de los obispos", dijo. “Al llegar me presenté, le expliqué un poco quién era, a qué me dedicaba, y me escuchó con mucha atención. Lo que más se me ha quedado marcado en el corazón de lo que me dijo es la invitación a ser valiente y a no tener miedo, que fue también un mensaje que dijo en varias ocasiones a lo largo de la JMJ. Me dijo que no tuviera miedo a nada, que fuera valiente y me creyera de verdad el mensaje del Evangelio”.

Durante las semanas anteriores, Francisco había estado trabajando en Lisboa junto a otro equipo de voluntarios poniendo a punto todo para la JMJ, que además era su primera: “Hasta ahora no había tenido la suerte de participar en una Jornada Mundial de la Juventud, ni como peregrino ni como voluntario. He participado en otros encuentros de católicos, pero siempre desde España y desde luego ninguno con la repercusión que tiene este”.

El Papa Francisco confesando en el Parque del Perdón, en Belem.
El Papa Francisco confesando en el Parque del Perdón, en Belem.

Los meses antes de que se celebre la JMJ, la organización y los voluntarios, como Francisco, se encargan de que todo esté a punto: la pastoral, las cuentas económicas para el sostenimiento del evento, la comunicación, la relaciones internacionales o el apoyo a los peregrinos para que esté todo listo cuando lleguen. “Realmente las Jornadas empiezan a prepararse desde el mismo momento en el que se anuncia la siguiente ciudad que las acogerá. Nuestra labor es trabajar para que la JMJ salga lo mejor posible. Todo está cuidado al más mínimo detalle: los espacios, la organización, los alojamientos, los eventos…”, cuenta Francisco.

Este encuentro de jóvenes ha tenido un significado mucho más especial para él si cabe, por haber tenido la oportunidad de estar con el Papa Francisco a solas durante diez minutos para recibir el sacramento del Amor de Dios: “Si el sacramento de la confesión es recibir el perdón de Dios, que te lo administre el vicario de Cristo en la tierra tiene un significado mucho más especial, y a mí me removió mucho por dentro, a tomarme mi vida de fe en serio y a rezar más por el Papa y por toda la Iglesia”.