Hermandad y alegría: las protagonistas de la Jornada Mundial de los Pobres de la Iglesia Nuestra Señora de la Paz

Los fieles de la Iglesia Nuestra Señora de la Paz, encomendada a sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei en la zona 13 de Ciudad de Guatemala, se unieron nuevamente al llamado del Santo Padre por atender a los más necesitados en la sexta Jornada Mundial de los Pobres el domingo el domingo 13 de noviembre. La parroquia Santa María Goretti también apoyó en la coordinación y en la invitación de voluntarios.

Este año, un buen número de jóvenes organizaron una jornada llena de alegría, juegos y hermandad. Más de 500 personas de todas las edades se dieron cita para convivir y pasar una grata jornada.

NO HAY MAYOR FELICIDAD QUE SERVIR AL QUE LO NECESITA

Anita de Bonilla, voluntaria en diferentes actividades, se declaró entusiasta y ya está esperando la jornada del próximo año. “No hay mayor felicidad que servir al que lo necesita. El domingo 13 de noviembre tuvimos la oportunidad de compartir con personas necesitadas económicamente, pero a quienes les sobra la capacidad de ser felices con cosas sencillas. Son agradecidos, colaboradores y generosos. (…) Sin temor a equivocarme, para quienes fuimos voluntarios fue una gran oportunidad. Recibimos mucho más de lo poco que llevamos”.

De acuerdo con Anita, los voluntarios estaban felices y también dispuestos a trabajar y unir esfuerzos para la jornada del siguiente año. Sin duda, en el servir se encuentra la felicidad. Dentro del equipo de voluntarios se unieron miembros del grupo de jóvenes de Nuestra Señora de la Paz. También fue muy inspirador que familias completas se anotaran como parte del equipo que apoyó. Padres e hijos trabajaron unidos para brindar un momento de alegría a otras familias.

RECONOCER A CRISTO EN CADA UNO DE NUESTROS HERMANOS Y EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS DE LA VIDA COTIDIANA

La primera actividad en el programa de esta jornada fue la santa misa. Durante la homilía, el padre Juan Bautista Robledillo, rector de Nuestra Señora de la Paz, subrayó la importancia de reconocer a Cristo en cada uno de nuestros hermanos y en todas las circunstancias de la vida cotidiana.

Al concluir la Eucaristía, los asistentes compartieron un almuerzo. Niños y grandes gozaron de las ocurrencias de los payasos y mimos, y experimentaron emoción por ganar los juegos organizados. Además, se planificó una rifa con muchos obsequios. La expectativa antes de cada sorteo era evidente e inundó de entusiasmo a todos.

A esta actividad se invitó a miembros de varias comunidades y, en palabras de Anita, “fue interesante ver cómo los padres, grupos familiares o de vecinos que se habían enterado de la actividad; querían que sus seres queridos y conocidos pudieran distraerse y disfrutar también de todo lo que ofrecía la jornada. Muchos llegaban juntos, como una gran familia extendida”.

TODOS SE FUERON CON UNA RECARGA DE FELICIDAD Y ESPERANZA

Además, para llegar al lugar en el que se desarrolló la jornada, muchos debieron caminar un largo recorrido. Algunos incluso se perdieron… pero -de acuerdo con Anita- a pesar de haber llegado tarde todos se fueron “con las manos llenas y lo más importante con buenos recuerdos, una recarga de felicidad y la esperanza de que no están olvidados e importan”.

La actividad se desarrolló en la Escuela Técnica Militar de Aviación (ETMA). Para el éxito, resultó clave el apoyo logístico de la Alcaldía Auxiliar de la Municipalidad de Guatemala. El lema de la jornada “Jesucristo se hizo pobre por ustedes” fue un constante aliento para todos los que se sumaron a impulsar esta iniciativa ya sea como organizadores, voluntarios o donantes. A todos, la Iglesia Nuestra Señora de la Paz agradeció su magnanimidad.