El regalo más grande: un hijo sacerdote

Para Margarita de Jiménez, madre de Javier, la vida se divide en antes y después de la vocación de su hijo. Este 25 de mayo, Javier Jiménez, originario de El Salvador, será ordenado sacerdote del Opus Dei en Roma, un regalo divino que llena de orgullo y alegría a toda su familia. Con la emoción de una madre y la fe inquebrantable, Margarita comparte cómo este momento transformador ha tocado sus corazones en la familia.

Siempre hay un antes y un después en la vida. Antes de casarme… antes de tener hijos… después de casarme… después de tener hijos… y de repente aparece el después más grande de tu vida: ¡tener un hijo sacerdote!

Con una hija numeraria y tres hijos numerarios puedo decir que veía “normal” las idas y venidas a los diferentes Centros y países, sin embargo, en septiembre del 2018, Javi, el segundo de nuestros ocho hijos, se fue a Roma.

Cuando en la Obra un hijo se va a Roma muchos preguntan si se va a hacer sacerdote… yo no… Javi iba a Roma a formarse y volvería como Dios y él quisieran.

Y Dios quiso que el 10 de marzo del 2023 le preguntaran, de parte del Padre, si quería ordenarse sacerdote y él contestó con un generoso sí.

Había algo especial en esa fecha… era mi cumpleaños. ¿Coincidencia, casualidad? No creo. Y como de costumbre llamó temprano para felicitarme y al final preguntó: ¿a qué horas llegan papá y todos? (todavía viven tres en casa) y aunque me extrañó, lejos de mi suponer la gran noticia que, con voz entrecortada nos comunicó. Nadie se lo esperaba, y puedo decir que ese regalo es el mejor que Dios me ha dado… nos ha dado. Porque un sacerdote se ordena para la Iglesia.

Para ir compartiendo la noticia, Javi fue haciendo videollamadas a sus demás hermanos… ¡Nadie olvidará esa fecha y aunque estoy acostumbrada a tener detalles de cariño de Dios en mi vida, esa será siempre una de las insuperables!

Faltaban ocho meses para el diaconado y las oraciones de familiares y amigos se hicieron sentir. Gracias a ellas para la ordenación de diácono, que se celebró el 18 de noviembre en Roma, pudimos estar Omar, mi esposo, y dos hijas, y pudimos conocer y compartir con los demás diáconos; y este 25 de mayo, de la mano también de esas oraciones, podremos estar reunidos nuevamente los diez, algo que, como toda madre, no deja de ser motivo de gran alegría, para la ordenación sacerdotal de Javi.

San Josemaría solía decir que la vocación se debía un 90% a los padres, y la estrella en su frente sí que la vi… Pero si me preguntan si me imaginé que Javi sería sacerdote diría que no, pero Dios, por supuesto ya lo tenía planeando porque desde pequeño fue especial con él, podría asegurar que le facilitaba el camino… y Javi iba respondiendo.

Bajo la dirección de Javi, vamos preparándonos para este 25 de mayo, rezando y agradeciendo sin parar por la vocación de los otros 28 diáconos que también se sienten como hijos, porque seguramente sus familias rezan y agradecen por nuestro Javi.

¿Qué pasará ahora? Todo y nada. Todo porque después del próximo 25 de mayo, gracias a la comunión de los santos nos uniremos cada día en torno al altar donde esté Javi celebrando, no importa la distancia, y nada porque aparentemente la vida sigue igual… aunque para nosotros, los Jiménez, ese después, ese todo… es para siempre.