Felino Lucero era el cuarto de siete hermanos y su padre no iba a poder enviarle a estudiar a la ciudad el siguiente año. Tenía trece años y se encontraba en el primer año de escuela secundaria. Todavía tenía un largo camino por delante para realizar el sueño de sacar a su familia del hoyo de la pobreza.
En ese momento, en 1988, la primera Escuela Familiar Agraria empezaba a funcionar en el barrio de Dagatan, en Lipa City, Batangas, a unos doce kilómetros de la casa de los Lucero. Rodolfo, el padre de Felino, oyó hablar de la nueva escuela agrícola. La renta familiar provenía únicamente del arroz y de las hortalizas que cultivaban en un pequeño terreno. Rodolfo vio en Dagatan Family Farm School la respuesta a sus oraciones: su hijo, Felino, no tendría que dejar de estudiar, y podría compaginar los estudios con el trabajo en la casa.
Ayuda para pequeños agricultores
Dagatan es la primera escuela de su estilo en Asia. Tiene un sistema distinto de otras instituciones educativas públicas o privadas de Filipinas. Para ser admitido en su programa de tres años de escuela secundaria, el candidato debe estar graduado en la escuela elemental. Su familia debe poseer una pequeña parcela y sus padres tienen que estar dispuestos a participar activamente en el sistema educativo de la escuela. Tiene la peculiaridad de ofrecer, no sólo una exigente educación profesional, sino una formación humana y técnica impregnada de sentido cristiano.
Después de pasar los exámenes y entrevistas de admisión, Felino se juntó por primera vez con sus compañeros de Dagatan, treinta y cinco en total, y entró en la nueva escuela, situada en un terreno agrícola de una hectárea y media cedido por la Corporación Ayala. La escuela es pequeña pero completa: está equipada con laboratorio, biblioteca, aulas, dormitorios, almacén, oficinas, cuarto de estar, capilla y campos de baloncesto, voleibol y fútbol.
La semana de estudio es intensa. Como sólo pasan en la escuela una semana de cada tres, los alumnos de Dagatan tienen que aprovechar el tiempo al máximo. Las clases comienzan a las 6 de la mañana y terminan a las 7.30 de la tarde. Durante esa semana los estudiantes se quedan todo el tiempo en Dagatan. Además de las asignaturas habituales de la escuela secundaria, el programa incluye clases de tecnología y maquinaria agrícola, cooperativismo, contabilidad, marketing y negocios agrícolas, computación y mecanografía.
Después de esa semana, los alumnos vuelven a sus granjas durante dos semanas. En ese tiempo, aplican lo que han aprendido en la escuela, estudian los sembrados, entrevistan a sus padres y a otros miembros de la comunidad, visitan las oficinas de organismos oficiales y bancos y, naturalmente, ayudan en el trabajo de su granja. Un tutor asignado a cada estudiante visita a la familia para comentar los deberes y hablar con los padres sobre el alumno.
En la actualidad
Poco después de sus inicios, los padres constituyeron la Dagatan Association. Con sus actividades, la Asociación ha creado un pequeño fondo para colaborar en los gastos de funcionamiento de la escuela. Además, la asociación ayuda activamente a las familias de Dagatan a desarrollar proyectos agrícolas que fortalezcan la renta familiar.
En el curso 2002-2003 la Asociación ha establecido una granja de ganado porcino para criar cerdos de engorde que se distribuirán entre las familias. Los beneficios de este proyecto se repartirán entre la Asociación y la escuela. La granja también produce gas metano que se utiliza para las necesidades de la cocina.
Para el año próximo se espera poder ampliar la granja para beneficiar a más agricultores de la zona y para producir más gas metano, de modo que se cubran las necesidades de electricidad de la escuela. También se pondrá en marcha una cooperativa para aunar esfuerzos en el cultivo y elaboración de productos agrícolas y sobre todo en su venta a precios más ventajosos.
Las Escuelas Familiares Agrarias
La historia de las escuelas familiares agrarias en Filipinas comenzó en 1983 cuando Fritz Gemperle, ejecutivo filipino, asistió a un seminario internacional en España. Allí conoció a algunas personas del Opus Dei que dirigían escuelas agrarias con un peculiar estilo: eran iniciativas de diversos profesionales del medio rural que deseaban ofrecer una formación integral a la gente del sector. Daban una formación humana y técnica, impregnada de espíritu cristiano, basada en las enseñanzas de san Josemaría Escrivá. Cuatro años más tarde, Fritz y sus compañeros se decidieron a poner en marcha Escuelas Familiares Agrarias en Filipinas.
La iniciativa fue bien recibida por todos los sectores iteresados: gobierno, corporaciones privadas, personas relacionadas con el mundo de la agricultura, granjeros y estudiantes. La Escuela Familiar Agraria de Dagatan se inauguró en 1988. Quince años después, están funcionando otras cinco, que han conseguido aumentar sensiblemente el número de granjeros que han accedido a la educación secundaria.
Fritz Gemperle hace notar que a las familias que llegan a Dagatan se les explica que “la viabilidad de estas escuelas depende no solamente de donativos de personas generosas, sino también de las aportaciones conseguidas por medio de los proyectos de mejora agrícola que ellos emprenden para elevar su situación económica”.
Entre los grupos privados que han ayudado se cuentan la Marubeni Foundation, DuPont Philippines, Ay Foundation, Metrobank Foundation, Makati Garden Club, Silver Lending Investors, etc. También han colaborado el National Agriculture and Fisheries Council del Ministerio de agricultura y el Ministerio de educación.