Retiro de septiembre #DesdeCasa (2021)

Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.

Descarga el retiro mensual #DesdeCasa (PDF)
1. Introducción.
2. Meditación I. La parábola de los talentos.
3. Meditación II. En la piscina de Betesda.
4. Charla.
5. Lectura espiritual.
6. Examen de conciencia.


Introducción

"Los talentos, además de las cualidades naturales, representan la riqueza que el Señor nos ha dejado en herencia para que la hagamos fructificar: su Palabra depositada en el Santo Evangelio", y "la parábola de hoy insiste en la actitud interior con que acoger y valorizar este don".

"La actitud equivocada es el miedo (...) como sucede, por ejemplo, a los que habiendo recibido el Bautismo, la Comunión y la Confirmación entierran esos dones bajo una capa de prejuicios, bajo una imagen falsa de Dios que paraliza la fe y las obras. (... ) Pero la parábola subraya los buenos frutos aportados por los discípulos, que (...) no han escondido el don (...) sino que lo han hecho fructificar, compartiéndolo y dividiéndolo. Lo que Cristo nos ha dado se multiplica cuando lo damos".

"La enseñanza evangélica -concluyó- (...) ha tenido consecuencias en el ámbito histórico y social, promoviendo en las poblaciones cristianas una mentalidad activa y emprendedora. Pero el mensaje central atañe al espíritu de responsabilidad con el que acoger el Reino de Dios: responsabilidad hacia Dios y hacia la humanidad".

Benedicto XVI, audiencia 16.XI.2008


Primera meditación

Opción 1: La parábola de los talentos (audio)

Opción 2: “Hacer fructificar los talentos”, varios autores


Segunda meditación

Opción 1:. En la piscina de Betesda (audio)

Opción 2: “Un apóstol que disfruta siempre”, Diego Zalbidea


Charla

“El trabajo, clave de cuestiones sociales y mucho más”, Doménec Melé


Lectura

Homilía “Trabajo de Dios”, san Josemaría (audio y texto)


Examen de conciencia

Acto de presencia de Dios

1. «Con frecuencia nos enorgullecemos neciamente de los dones y talentos recibidos (…) ¿qué posees tú que no hayas alcanzado de Dios? Y si lo que tienes, lo has recibido, ¿de qué te glorías como si no lo hubieses recibido?» (Amigos de Dios, n. 112). Movido por una verdadera humildad, ¿cultivo en mi interior un profundo agradecimiento al Señor por todo lo que he recibido?

2. «Llamó a sus servidores y les entregó sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno solo: a cada uno según su capacidad» (Mt 25, 14-15) ¿Me ilusiona desarrollar los talentos recibidos para llevar a cabo la misión que él me ha confiado?

3. «Yo te confiaré lo mucho: entra en la alegría de tu señor» (Mt 25, 23). Veo a mi alrededor personas que tienen talentos que, puestos al servicio del Señor, rendirían mucho. ¿Sé valorar, sin envidias ni comparaciones, los talentos de los demás? ¿Cómo les ayudo a mejorarlos y a ponerlos al servicio de Dios y del prójimo?

4. «“Quieres curarte?”. El enfermo contestó: “Señor no tengo a nadie que me meta en la piscina”» (Jn 5, 7). ¿Deseo que el Señor me haga un instrumento de su gracia para sanar y curar a muchas personas?

5. «Quienes han encontrado a Cristo no pueden cerrarse en su ambiente: ¡triste cosa sería ese empequeñecimiento! Han de abrirse en abanico para llegar a todas las almas» (Surco, n. 193).

6. ¿Trato a mis amigos como lo haría Jesucristo, con gran delicadeza, respeto y cariño? ¿Rezo por ellos y busco abrirles horizontes en su vida, respetando su libertad?

7. «Le dijo Jesús: “Levántate, toma tu camilla y ponte a andar”» (Jn 5, 8). ¿Cómo me dejo ayudar, de manera que mis amigos, compañeros y familiares puedan corregirme o darme un buen consejo?

Acto de contrición