Se cumplen diez años de la beatificación de Álvaro del Portillo, obispo y prelado del Opus Dei (1914-1994). El cardenal Ángelo Amato, en representación del Papa Francisco, presidió la ceremonia en Madrid, el 27 de septiembre de 2014.
Ofrecemos el texto propuesto por la Iglesia para la Liturgia de las Horas de la fiesta del beato Álvaro, el 12 de mayo. Hace referencia a su lema episcopal, una breve oración repetida con frecuencia por san Josemaría: Regnare Christum volumus! ¡Queremos que Cristo reine! La Liturgia de las Horas forma parte de la oración pública de la Iglesia. Incluye dos lecturas, la primera extraída de la Sagrada Escritura y la segunda relacionada con la vida o la enseñanza del santo o beato de ese día (para los beatos, solo se recita en los lugares de culto señalados por la Iglesia).
Regnáre Christum vólumus!
Regnáre Christum vólumus! Para esto, hemos de procurar que Cristo reine, en primer término, en nuestras almas: en el alma de cada uno. Por este camino discurre la santidad a la que se nos ha llamado desde antes de la creación (...). Una santidad —una búsqueda de la santidad— que no nos aleja del mundo, precisamente porque ahí, insisto, en el trabajo y en el descanso, en la vida en familia y en las relaciones sociales, descubrimos el medio y la ocasión de ese encuentro íntimo con el Señor, de esa identificación con Él, que nos va transformando a cada uno en otro Cristo, ipse Christus, el mismo Cristo.
No debemos olvidar que, con la ayuda de la gracia divina —que se nos da especialmente en la oración y en los sacramentos de la Eucaristía y de la Penitencia—, esas mismas circunstancias de la vida ordinaria son también medio y ocasión para contribuir a la santificación de los demás y a la cristianización de la sociedad humana. Deseamos que la sociedad reconozca, ame y alabe a Cristo, para que sea, en rigor, digna del hombre, creado a imagen de Dios y redimido con la Sangre del Verbo Encarnado (...).
Muy grande es la misión y muy alta la meta a la que el Señor nos llama: identificarnos con Cristo y hacer que Él reine en el mundo, para el bien y la felicidad de nuestros hermanos, los hombres y las mujeres de este tiempo y del futuro. Si contásemos solo con nuestras pobres fuerzas, motivo tendríamos para pensar en este ideal como una utopía irrealizable: no somos superhombres, ni estamos por encima de las limitaciones humanas. Pero —si queremos—, la fortaleza de Dios actúa a través de nuestra debilidad.
Ejercitemos nuestra libertad correspondiendo a esa gracia que el Señor nos ofrece constante y superabundantemente. Para esto —lo tenemos bien experimentado—, se requiere el esfuerzo por comenzar y recomenzar cada día las luchas de la vida espiritual y del apostolado cristiano, que constituyen esa bellísima batalla de amor —como la definía san Josemaría—, en la que la victoria de Cristo es el auténtico triunfo de la criatura humana de todas las épocas.
Beato Álvaro del Portillo, Homilía, 7-9-1991, en Rendere amabile la verità, LEV 1995, pp. 222-225. Descarga la hoja informativa.
¿Por qué el beato Álvaro utilizo Regnare Christum volumus como lema episcopal?
San Josemaría resumía la espiritualidad del Opus Dei en tres jaculatorias que repetía con frecuencia: Deo omnis gloria: “Para Dios toda la gloria”; Regnare Christum volumus: “queremos que Cristo reine”; Omnes cum Petro ad Jesum per Mariam: “Todos con Pedro —el Papa— hacia Jesús por medio de María”.
En la bula de la canonización del fundador del Opus Dei, se afirma: Domine, ut videam! (cf Lc 18, 41), Domina, ut sit!, Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam!, Regnare Christum volumus! (cf 1 Cor 15, 25), Deo omnis gloria! (cf Canon Romano, doxología).
La biografía del Beato Josemaría se puede compendiar en estas jaculatorias. Comenzó a rezar las dos primeras cuando contaba apenas dieciséis años, al percibir los primeros barruntos de la llamada divina. De este modo expresaba el ardiente deseo de su corazón: ver lo que Dios quería de su vida, para tratar de cumplir amorosamente la voluntad del Señor.
La tercera jaculatoria, que aparece con frecuencia en los escritos de sus primeros años de sacerdocio, revela cómo su celo por las almas iba unido a una firme fidelidad a la Iglesia y a una profunda devoción a la Virgen Maria, Madre de Dios. Regnare Christum volumus!: estas palabras resumen su constante preocupación pastoral por difundir, entre todos los hombres y mujeres, la llamada a participar, en Cristo, de la dignidad de los hijos de Dios, viviendo sólo para servirle: Deo omnis gloria!
Regnare Christum volumus! Algunos escritos de san Josemaría en el que se trata aparece la jaculatoria
«Regnare Christum volumus!» —queremos que Cristo reine. «Deo omnis gloria!» —para Dios toda la gloria.
Este ideal de guerrear —y vencer— con las armas de Cristo, solamente se hará realidad por la oración y el sacrificio, por la fe y el Amor.
—Pues…, ¡a orar, y a creer, y a sufrir, y a Amar!
Texto perteneciente al punto 639 del libro 'Forja' de Josemaría Escrivá de Balaguer, en el capítulo 'Victoria'.
Voluntad. —Energía. —Ejemplo. —Lo que hay que hacer, se hace... Sin vacilar... Sin miramientos...
Sin esto, ni Cisneros hubiera sido Cisneros1; ni Teresa de Ahumada, Santa Teresa...; ni Íñigo de Loyola, San Ignacio...
¡Dios y audacia! —«Regnare Christum volumus!»
Texto perteneciente al punto 11 del libro 'Camino' de Josemaría Escrivá de Balaguer, en el capítulo 'Carácter'.
El mundo… —“¡Esto es lo nuestro!”… —Y lo afirmas, después de poner la mirada y la cabeza en el cielo, con la seguridad del labriego que camina soberano por su propia mies: «regnare Christum volumus!» —¡queremos que El reine sobre esta tierra suya!
Texto perteneciente al punto 292 del libro 'Surco' de Josemaría Escrivá de Balaguer, en el capítulo 'Ciudadania'.