¿Por qué se celebra la Navidad?

¿Jesucristo nació un 25 de diciembre? ¿Cómo sucedió? ¿Los Reyes Magos existieron? Aquí tienes la respuesta a algunas de las preguntas más habituales sobre la Navidad.

Sumario
1. ¿Qué es la Navidad?
2. ¿Por qué se celebra la Navidad el 25 de diciembre?
3. ¿Cómo fue el nacimiento de Jesús?
4. ¿Y qué es la epifanía? ¿Qué significa la presencia de los Reyes Magos?


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"Si queremos celebrar la verdadera Navidad, contemplemos este signo: la sencillez frágil de un niño recién nacido, la dulzura al verlo recostado, la ternura de los pañales que lo cubren. Allí está Dios". Homilía del Papa Francisco, 24-12-2016

1. ¿Qué es la Navidad?

La Navidad es la fiesta que conmemora el nacimiento de Jesucristo. Es un día importante para los cristianos porque se celebra que Jesucristo, el Hijo de Dios “por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre” (Credo Niceno-Constantinopolitano). La fe en la verdadera encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de la fe cristiana: "Podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios" (1 Jn 4, 2).

La venida del Hijo de Dios a la tierra es un acontecimiento tan inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos. San Juan Bautista es el precursor (cf. Hch 13, 24) inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino (cf. Mt 3, 3).

Cada año, la Iglesia se prepara para la Navidad con el tiempo litúrgico del Adviento, que dura cuatro semanas. Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 463, 522-524

Meditar con san Josemaría

"Navidad. Me escribes: “al hilo de la espera santa de María y de José, yo también espero, con impaciencia, al Niño. ¡Qué contento me pondré en Belén!: presiento que romperé en una alegría sin límite. ¡Ah!: y, con El, quiero también nacer de nuevo...” —¡Ojalá sea verdad este querer tuyo!" Surco, 62

"Cuando llegan las Navidades, me gusta contemplar las imágenes del Niño Jesús. Esas figuras que nos muestran al Señor que se anonada, me recuerdan que Dios nos llama, que el Omnipotente ha querido presentarse desvalido, que ha querido necesitar de los hombres. Desde la cuna de Belén, Cristo me dice y te dice que nos necesita, nos urge a una vida cristiana sin componendas, a una vida de entrega, de trabajo, de alegría". Es Cristo que pasa, 18

"Al pensar en los hogares cristianos, me gusta imaginarlos luminosos y alegres, como fue el de la Sagrada Familia. El mensaje de la Navidad resuena con toda fuerza: Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Que la paz de Cristo triunfe en vuestros corazones, escribe el apóstol. La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida". Es Cristo que pasa, 22

2. ¿Por qué se celebra la Navidad el 25 de diciembre?

De la fecha del nacimiento de Jesús no dicen nada los Evangelios. Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre la fecha del nacimiento de Jesús. Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesiásticos señalan diversas fechas. El primer testimonio indirecto de que la celebración de la natividad de Cristo el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el año 221. La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae (“el 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”). A partir del siglo IV los testimonios de este día como celebración del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental.

Existen diversas explicaciones que puedes leer aquí

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"Llégate a Belén, acércate al Niño, báilale, dile tantas cosas encendidas, apriétale contra el corazón... —No hablo de niñadas: ¡hablo de amor! Y el amor se manifiesta con hechos: en la intimidad de tu alma, ¡bien le puedes abrazar!" Forja, 345

"He procurado siempre, al hablar delante del Belén, mirar a Cristo Señor nuestro de esta manera, envuelto en pañales, sobre la paja de un pesebre. Y cuando todavía es Niño y no dice nada, verlo como Doctor, como Maestro. Necesito considerarle de este modo: porque debo aprender de Él. Y para aprender de Él, hay que tratar de conocer su vida: leer el Santo Evangelio, meditar aquellas escenas que el Nuevo Testamento nos relata, con el fin de penetrar en el sentido divino del andar terreno de Jesús. Porque hemos de reproducir, en la nuestra, la vida de Cristo, conociendo a Cristo: a fuerza de leer la Sagrada Escritura y de meditarla, a fuerza de hacer oración, como ahora, delante del pesebre. Hay que entender las lecciones que nos da Jesús ya desde Niño, desde que está recién nacido, desde que sus ojos se abrieron a esta bendita tierra de los hombres". Es Cristo que pasa, 14

3. ¿Cómo fue el nacimiento de Jesús?

Por los Evangelios sabemos que María y José eran de Nazaret pero que, por un edicto de César Augusto, tuvieron que desplazarse hasta Belén -la ciudad de José- para cumplir con el censo.

Son dos los evangelistas, Mateo y Lucas, que nos dicen que Jesús nació en Belén. Además, Lucas señala que María, después de dar a luz a su hijo “lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el aposento”. El “pesebre” indica que en el sitio donde nació Jesús se guardaba el ganado. Lucas señala también que el niño en el pesebre será la señal para los pastores de que allí ha nacido el Salvador.

La tradición de la Iglesia ha trasmitido desde muy pronto el carácter sobrenatural del nacimiento de Jesús.

Catecismo de la Iglesia Católica, 499 Evangelio San Lucas, capítulo 2 Evangelio san Mateo, capítulo 2

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"Se ha promulgado un edicto de César Augusto, y manda empadronar a todo el mundo. Cada cual ha de ir, para esto, al pueblo de donde arranca su estirpe. —Como es José de la casa y familia de David, va con la Virgen María desde Nazaret a la ciudad llamada Belén, en Judea (Lc 2, 1-5). Y en Belén nace nuestro Dios: ¡Jesucristo! —No hay lugar en la posada: en un establo. —Y su Madre le envuelve en pañales y le recuesta en el pesebre. (Lc 2, 7) Frío. —Pobreza. —Soy un esclavito de José. —¡Qué bueno es José! —Me trata como un padre a su hijo. —¡Hasta me perdona, si cojo en mis brazos al Niño y me quedo, horas y horas, diciéndole cosas dulces y encendidas!..." Santo Rosario, comentario al tercer misterio de Gozo

"Jesús nació en una gruta de Belén, dice la Escritura, “porque no hubo lugar para ellos en el mesón”. —No me aparto de la verdad teológica, si te digo que Jesús está buscando todavía posada en tu corazón". Forja, 274

4. ¿Y qué es la Epifanía?

La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. La fiesta de la Epifanía, que se celebra el 6 de enero, conmemora la adoración de Jesús por unos "magos" venidos de Oriente. En estos "magos", representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación.

Evangelio San Mateo, capítulo 2 Catecismo de la Iglesia Católica, 528

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"Considerad con qué finura nos invita el Señor. Se expresa con palabras humanas, como un enamorado: Yo te he llamado por tu nombre... Tú eres mío. Dios, que es la hermosura, la grandeza, la sabiduría, nos anuncia que somos suyos, que hemos sido escogidos como término de su amor infinito. Hace falta una recia vida de fe para no desvirtuar esta maravilla, que la Providencia divina pone en nuestras manos. Fe como la de los Reyes Magos: la convicción de que ni el desierto, ni las tempestades, ni la tranquilidad de los oasis nos impedirán llegar a la meta del Belén eterno: la vida definitiva con Dios". Es Cristo que pasa, 32

"Jesús, que en tu Iglesia Santa perseveren todos en el camino, siguiendo su vocación cristiana, como los Magos siguieron la estrella: despreciando los consejos de Herodes..., que no les faltarán". Forja, 366