No podemos hablar de la familia sin hablar de la importancia que tienen los ancianos entre nosotros. Nunca fuimos tan numerosos en la historia de la humanidad, pero no sabemos bien cómo vivir esta nueva etapa de la vida: para la vejez hay muchos planes de asistencia, pero pocos proyectos de existencia.
Las personas mayores tenemos a menudo una sensibilidad especial para el cuidado, para la reflexión y el afecto. Somos, o podemos llegar a ser, maestros de la ternura. ¡Y cuánto! Necesitamos, en este mundo acostumbrado a la guerra, una verdadera revolución de la ternura.
En esto tenemos una gran responsabilidad hacia las nuevas generaciones. Recordemos: los abuelos y los mayores son el pan que alimenta nuestras vidas, son la sabiduría escondida de un pueblo, por esto es preciso celebrarlos, y he establecido una jornada dedicada a ellos.
Recemos por los ancianos, que se conviertan en maestros de ternura para que su experiencia y su sabiduría ayude a los más jóvenes a mirar hacia el futuro con esperanza y responsabilidad.
Intenciones mensuales anteriores. Las intenciones son confiadas mensualmente a la Red Mundial de Oración del Papa con el objetivo de difundir y concienciar sobre la imperiosa necesidad de orar y actuar por ellas.