Conseguimos vender una finca “ocupada”

Comencé a rezar a Isidoro porque también mi abuelo había trabajo en los ferrocarriles.

Photo: Garrett Gee, Unsplash (CC)

Mis hermanos y yo heredamos hace años, de mi abuelo, una finca rústica en un pueblo. Como no vivimos allí, la pusimos a la venta en varios portales inmobiliarios por internet durante más de dos años, pero era difícil su venta: por su pequeña extensión, su mala situación y su escaso valor económico. El tema se nos complicó aún más cuando un vecino del pueblo la labró sin permiso nuestro, ocupando la finca en precario y alegando no sé qué permisos que antaño mi abuelo le había dado al suyo (pero no presentaba ninguna documentación por escrito). De esta forma, cuando la visitaban los escasos posibles compradores y la veían sembrada, perdían todo el interés en adquirirla.

a los pocos días dijo que la compraba

Ante tal cúmulo de complicaciones comencé a hacer novenas para pedir a Isidoro que nos ayudara, ya que mi abuelo también trabajó en los ferrocarriles... El mismo día en que empecé la segunda novena, me llamó una señora interesada, le envíe la documentación y las fotos, fue a ver la finca y a los pocos días dijo que la compraba y que ya se encargaría ella del asunto del “okupa”. A los dos meses firmamos en la notaría la compraventa. ¡El problema estaba solucionado! Muchas gracias por tu favor, Isidoro.

9-XI-2016


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