-Buenos días Padre, mi nombre es Sveta, soy rusa de una ciudad del sur de Moscú que se llama Tula. Le quería contar que habiendo nacido en un país ortodoxo encontré a Dios a través de la Iglesia católica. Mi madre intentó bautizarme en tres ocasiones, pero cada vez por distintos motivos no se llevó a cabo. Cuando crecí quise decidir por mí misma este asunto, hace dos años y medio cuando me trasladé a estudiar a Moscú, asistí a un concierto de órgano en la catedral católica de Moscú.
A la salida vi un anuncio sobre las clases de catecismo y ese otoñó decidí asistir, empecé las clases en diciembre y paralelamente conocí a las de Yantar el Centro del Opus Dei en Moscú.
Comencé asistir a las actividades del Centro que me han ayudado mucho en mi camino espiritual y en el conocimiento más profundo de Jesucristo. El 10 de enero del 2010 me bauticé. Este año he compatibilizado el último año de carrera con el trabajo en la Administración, es un trabajo que me encanta y a través de él he entendido mejor que la Obra es una familia. Padre aunque me gusta mucho mi carrera, he decidido dedicarme a este trabajo y hace nueve días he pedido la admisión como numeraria auxiliar. Padre estoy muy contenta, pero me ha costado decidirme y pienso que pueden haber otras chicas que aún no han descubierto la maravilla de este trabajo, ¿nos puede explicar que significa la Administración en el Opus Dei?
- Hija mía no te olvides que este aplauso sí es para ti pero es para Dios, que ha permitido que podamos llegar a ese país amadísimo, a Rusia, con la oración de San Josemaría. ¡Cuánto ha rezado por tu tierra, cuánto ha rezado por ti! Y uniéndome a su mirada yo estoy seguro que vamos a recorrer desde San Petersburgo hasta Vladivostok, haciendo una labor preciosísima donde van a salir no solamente numerarias auxiliares: numerarias, agregadas, supernumerarias, a montones, porque hay tanta gente en Rusia buenísima que ha dado testimonio de su fe en momentos muy duros.
Puedo decirte que eran todavía comienzos, 1946, había apenas ocho o diez mujeres que eran numerarias auxiliares. Llamó nuestro Padre a Roma a tres de ellas que llevaban en la Obra cinco o seis meses, no más, y viendo la responsabilidad que tenían y cómo decían que sí continuamente al Señor a través de ese trabajo de atender el hogar, les dijo con toda sencillez y sinceridad: "Cuando tenga doce como vosotras extenderé la Obra por todo el mundo".
La importancia de las numerarias auxiliares en las Administraciones es vital, vital. Es muy cierto que el Opus Dei es familia, familia en la que nos queremos de verdad y nos jugamos la vida por servir a los demás. Con esto no penséis que estoy haciendo una alabanza del Opus Dei: el Opus Dei es de Dios, no es de los hombres ni de las mujeres, pero nos ha dado ese espíritu de saber aprender a querer todos los días; de aprender a servir todos los días.
Concretamente la labor de la Administración es tan bonita como es bonita la manera con que llegó Dios a este mundo: por María, Madre nuestra. Quiso llegar a esta tierra a través del hogar de Santa María, totalmente dedicada a Dios. Ella se santificó ni siquiera en una ciudad como la tuya -Tula, al sur de Moscú- sino en una ciudad todavía mucho más pequeña, pero sabía que sirviendo a ese Dios Niño con fe iba a hacerse la Redención, porque se lo habían dicho en la Anunciación.