Un pariente se casó en 1988. Después de 19 años de matrimonio aparentemente feliz y sin grandes contratiempos, toda la familia empezó a notar un cambio de carácter en la esposa: se la notaba un poco enrarecida y esto dificultaba la convivencia.
Varias personas de la familia han intentado hablar con ella y procuraron que acudiera a un médico, pero ella tristemente rechazaba esta posibilidad. Los meses fueron pasando y las alteraciones de carácter se fueron acentuando. Mi pariente –al menos en apariencia- iba llevando esta situación con paciencia y comprensión, pero temíamos por la unidad del matrimonio si esta situación se prolongaba. A finales de 2008 hice una novena al Dr. Ernesto Cofiño, pensando que él como médico sabría lo que necesitaba la esposa de mi pariente e intercedería ante Dios por ella. A lo largo del año 2009 fue visible el cambio en ella: volvió a ser la de siempre. Se reforzó la unidad del matrimonio. Estoy segura de que este cambio se debe a la intercesión del Dr. Cofiño.
M T de A L. B
Helsinki, 24 de enero de 2010