Una ilusión de Chiqui: ser báculo de san Josemaría

En una carta escrita en 1969 al fundador del Opus Dei, don José María Hernández Garnica cuenta que se siente muy feliz y que desea ser "buen báculo".

En 1969, tras un paréntesis de tres años en Inglaterra, don José María Hernández Garnica regresó a Alemania, donde había llegado por primera vez en 1961 para impulsar el trabajo apostólico del Opus Dei. San Josemaría lo nombraba ahora Sacerdote Secretario de esa región, para dedicarse preferentemente a la labor apostólica desarrollada por mujeres del Opus Dei.

Serán los años finales de su vida, pues fallecerá tres años después. Aunque todavía no se ha manifestado la grave enfermedad que será la definitiva (un cáncer agresivo en la garganta), su salud está muy mermada. Desde muy joven ha sufrido achaques de todo tipo y ha pasado por diversas intervenciones, pero eso nunca ha sido obstáculo para su servicio desinteresado a las almas. Y tampoco le ha llevado a perder su característico sentido del humor.

Así se refleja en una carta a san Josemaría, del 23 de mayo de 1969, escrita desde Colonia. Se siente muy feliz, y con un único deseo: ser buen báculo de san Josemaría.

“A principios de este mes recibí la comunicación de que me encargara con Jesús de ayudar a mis hermanas. Procuraré hacerlo de acuerdo con su mente y pido a Dios que se noten los frutos del trabajo de ellas, y sean una ocasión de alegría y consuelo para Vd. De salud estoy bien; fui a revisión, como me recomendaron en Pamplona, después de los cuatro meses. Me vio el médico que me examinó hace años y dice que, en conjunto, todo va bien, incluso mejor que cuando me vio en el 63. Tal vez me ha sentado bien el dejar de fumar y el ir adelgazando; he perdido unos 4 ó 5 kilos de peso. La boca se fastidió del todo y ahora tengo todos los dientes de arriba 100% naturales del país, con eso cada día estoy más alemán. Espero con mucha ilusión la fecha de mis bodas de plata y le pido al Señor que me haga fiel y buen instrumento para ser en mi trabajo báculo del Padre. ¡Cuantas gracias tengo que darle, Padre! Porque como dicen en Madrid, me ha hecho Vd. un hombre, un hombre con vida feliz y con deseos de ser útil”.

cfr. José Carlos Martín de la Hoz. Roturando los caminos. Madrid: Palabra, 2012.