El trabajo de Kathryn se enfoca en la formación y la promoción de actividades para la juventud. Se ha especializado en temas como el discernimiento vocacional, protección de menores y creación de ambientes seguros y de confianza. Conversamos con ella sobre el testimonio de 3 mujeres que fueron parte de la Prelatura realizadas en los medios de comunicación, sobre el protocolo de actuación ante reclamaciones institucionales, sobre la Administración en el Opus Dei y sobre la vocación de numerarias auxiliares.
Desde su rol en la Asesoría Central del Opus Dei ¿qué mirada tiene respecto a los relatos de tres mujeres en el Financial Times?
En primer lugar, con respecto a las mujeres que durante un período, más o menos largo, de sus vidas formaron parte del Opus Dei y han sentido la necesidad de expresar sus experiencias negativas o sus quejas en el artículo, queremos que sepan que las respetamos. Que respetamos sus voces y las escuchamos. Esa es nuestra prioridad número uno ahora mismo.
De hecho, en aquellos sitios en donde ha habido personas que han dado a conocer experiencias negativas, la Prelatura ya ha puesto en marcha canales especiales para poder escuchar, promover sanación y resolución.
Estar abiertos a escuchar, y no sólo estar abiertos, querer escuchar, no significa, por otra parte, que aceptemos todas las acusaciones que se han hecho en el artículo del Financial Times. Algunas de ellas son muy graves, muy serias, y las negamos.
Por otra parte, más allá de esas acusaciones específicas que negamos, no negamos que las mujeres hayan sufrido experiencias negativas a nivel personal, como falta de suficiente apoyo emocional, falta de oportunidades de desarrollo profesional, fallos en los procesos de discernimiento, fallos a la hora de distinguir entre trabajo y vocación y fallos a la hora de acompañar y dar apoyo cuando dejaron de ser miembros del Opus Dei.
Muchas de las situaciones descritas responden a circunstancias o contextos de hace muchos años que afortunadamente se han corregido desde entonces. Pero eso no quita que haya habido sufrimiento. Y pedimos disculpas por ello. Queremos pedir disculpas cara a cara. Nos hemos disculpado públicamente y seguiremos haciéndolo tantas veces como sea necesario. Porque el Opus Dei es una organización que busca hacer el bien.
¿De qué se trata el protocolo de actuación ante reclamaciones institucionales que la Prelatura ha puesto a disposición?
El Opus Dei ha puesto en marcha canales especiales de sanación y resolución en aquellos lugares en los que vivan personas que necesiten expresarse. Se trata de un protocolo, que desde hace un año funciona en algunos países, que ha dado muy buenos resultados, y que ahora está vigente de modo permanente en todo el mundo. A través de él se busca conocer cualquier experiencia negativa que pueda haber ocurrido, pedir perdón y reparar en las situaciones que corresponda.
En la página web del Opus Dei en cada región, quien desee acudir, podrá encontrar la información específica de contacto.
Durante el artículo, algunas mujeres que fueron parte del Opus Dei aseguran haber sido inducidas a tener una vocación, ¿cuál es su visión al respecto?
Una vocación es una llamada de Dios. Así que nadie te puede inducir a tener una vocación.
O la tienes porque Dios te llama o no la tienes. No puedes presionar a nadie para que tenga una vocación.
En cuanto al discernimiento vocacional en el Opus Dei, el proceso está diseñado para que sólo las personas que realmente sienten que están llamadas a esta forma de vida, que saben a qué se comprometen, puedan ser aceptadas como miembros. Es un proceso que tiene lugar a lo largo de muchos años. Entre seis años y medio hasta unos ocho o nueve años, dependiendo del ritmo de cada persona. Hay distintas etapas: recibes clases y conversaciones sobre lo que implica este compromiso, sobre el espíritu, sobre la espiritualidad; empiezas a vivirlo en tu propia vida.
Hay muchos momentos diferentes en los que tienes que, luego de pedir la admisión, reafirmarla. Reafirmar tu deseo de formar parte del Opus Dei. En realidad, tienes que afirmar que quieres ser miembro del Opus Dei no una sola vez, ni dos veces, ni siquiera tres, sino ocho veces. Y lo haces ante dos testigos, quienes son los encargados de asegurarse de que eres consciente del compromiso asumido.
¿De qué se trata la vocación de numeraria auxiliar a la que se refieren la mayoría de las mujeres en el artículo?
Ser numeraria auxiliar es una vocación dentro de la Iglesia Católica. Ellas, como todos los miembros del Opus Dei, intentan encontrar a Dios en su vida ordinaria y hacerlo presente. Sobre todo, a través de su trabajo.
Y en el caso de las numerarias auxiliares, ese trabajo profesional consiste en el cuidado de las personas y de los centros del Opus Dei. Atendiendo a las personas en sus necesidades más básicas y creando un hogar. Creando un ambiente que favorezca el florecimiento y la formación de cada persona. Tanto si esa persona es miembro del Opus Dei como si es una de las muchas personas que acuden a los centros para participar en las actividades.
Hoy hay alrededor de 4.000 mujeres que viven este camino vocacional con mucho amor, creatividad y compromiso.
¿La vocación se reduce a una serie de tareas domésticas? ¿Es precisa esa descripción?
No se puede reducir la vocación sólo a una serie de tareas. Podríamos pensar en otra profesión que también está orientada muy directamente al servicio de la persona. Por ejemplo, un profesor.
¿Qué hace un profesor? Un profesor da tarea, corrige exámenes, habla delante de una clase. La vocación de educar, de enseñar, de ayudar a las personas a descubrir sus talentos y ponerlos al servicio del mundo: ¿puede reducirse sólo a esas tres actividades de dar deberes, corregir trabajos y hablar delante de una clase? No, es mucho más amplia que eso. Es mucho más rica que eso. Y lo mismo ocurre con la vocación de numeraria auxiliar.
¿Las numerarias auxiliares cobran un sueldo por su trabajo?
Además del aspecto vocacional que abraza toda tu vida, las numerarias auxiliares son profesionales. Y como tales, son remuneradas. Tienen contratos; reciben salarios; tienen sus propias cuentas bancarias; tienen total autonomía sobre sus asuntos financieros; pagan sus gastos personales; contribuyen a los gastos de la casa donde viven.
Por otro lado, es cierto que no siempre se han establecido límites claros entre el trabajo y los demás aspectos de la vida. Porque, como he dicho antes, se trata de una vocación y eso abraza toda tu vida. La Iglesia Católica ha aprendido que es importante tener esos límites claros entre las horas de trabajo y otros momentos que enriquecen otros aspectos de la vida. Es un proceso de aprendizaje, y hace años somos mucho mejores a la hora de definir esos límites.
¿Por qué algunos miembros del Opus Dei viajan o viven un tiempo en el exterior?
El Opus Dei es una organización internacional. Está presente en más de 60 países. Algunos miembros cambian de un país a otro para apoyar necesidades o proyectos apostólicos específicos, o el trabajo de la Prelatura.
Estos movimientos son libres, son voluntarios. Nadie puede trasladarse de un país a otro a menos que quiera hacerlo. De hecho, mucha gente se ofrece voluntariamente. Dicen: “estoy disponible”, “tengo esta oportunidad de trabajo”, “esta oportunidad de estudio” o “podría ir y apoyar al Opus Dei en este otro país durante un periodo de tiempo”.
A veces se pide a la gente que vaya, y a veces la gente dice: “no, no me veo allí”, “No puedo aprender otro idioma”, o por muchas otras razones. Así que siempre que alguien del Opus Dei se traslada de un país a otro, lo hace libremente. En general, se ve como una oportunidad enriquecedora a nivel cultural, profesional, apostólico, espiritual y personal. Y si no funciona, puedes volver a tu país, no hay problema.
Así que sólo puedes ir libremente y, por supuesto, si tienes toda la documentación necesaria que exige la ley.
¿Cuál es la edad límite para ser miembro del Opus Dei? ¿Por qué algunas mujeres aseguran que eran miembros aún siendo menores?
Actualmente debes tener al menos 18 años para unirte al Opus Dei. Esto está en los estatutos que datan de 1982, es decir, hace 40 años.
A lo que se pueden estar refiriendo las mujeres es a la figura de aspirante, que es una figura que se describe en los estatutos: una persona joven que aún no ha cumplido los 18 años, que piensa que tiene una vocación. Que se sienten llamados por Dios a seguir este camino vocacional, pero no tienen edad suficiente para unirse al Opus Dei.
Así que existe esta figura, los aspirantes, por la que puedes comenzar un camino de formación y discernimiento, para poder unirte cuando cumplas 18 años si ves que esa es tu vocación.
Los aspirantes no son miembros del Opus Dei. No tienen ninguno de los derechos, obligaciones y deberes que tienen los miembros. E incluso para empezar a ser aspirante, para empezar este camino formativo, necesitas el permiso explícito de tus padres.
¿Qué son las escuelas hoteleras? ¿Allí vivían algunas alumnas?
Las escuelas hoteleras eran iniciativas educativas que pretendían dar a las chicas una oportunidad en la vida. Muchas de esas escuelas tenían como misión servir a chicas que procedían de entornos desfavorecidos o sectores vulnerables de la sociedad, para que pudieran continuar su educación y aprender un oficio, de modo que pudieran conseguir empleo y mejorar su situación al graduarse.
Los estudios de hostelería, dependiendo del país en el que se encuentren, pueden considerarse como una formación profesional. A veces es una forma de obtener una cualificación profesional en países donde la industria de la hostelería o el sector hotelero es importante. Era una forma de dar a algunas mujeres herramientas, habilidades y la capacitación que necesitan para mejorar su situación en la vida.
Las relaciones con las familias de esas chicas siempre fueron una prioridad para estas escuelas porque, por supuesto, muchas de estas chicas, al ser un internado, vivían lejos de sus familias.
Esto era antes de que existiera Internet y los teléfonos móviles, así que la comunicación no era tan fácil. Pero se hacían todos los esfuerzos para facilitar la comunicación con los padres. Los padres venían a la escuela, veían lo que hacían sus hijas, lo que aprendían sus hijas.
Había boletines que los propios estudiantes elaboraban, y cada mes enviaban noticias de sus estudios, de sus actividades a sus familias. Así que incorporar a las familias y hacerlas partícipes fue siempre parte de la misión de estas escuelas.
¿Qué mensaje daría a las mujeres que han manifestado heridas?
El mensaje del Opus Dei a las mujeres que han hecho estas denuncias y han presentado sus quejas es que las respetamos, las escuchamos y nos comprometemos a asegurarnos que los errores que se puedan haber cometido no ocurran en el futuro. Así que queremos disculparnos cuando lo hemos hecho mal y enmendar y tomar medidas para garantizar que estas situaciones no sigan ocurriendo en el futuro.