Este año un grupo de voluntarios organizó la celebración y entrega de regalos para más de 450 niños y sus familias. Esto fue posible gracias a muchos fieles de la iglesia que, con generosidad, compraron los regalos y contribuyeron para que la festividad se organizara con ilusión y cariño.

Voluntarios de la Iglesia Nuestra Señora de la Paz

El día previsto para la celebración, los voluntarios arribaron a la comunidad y se encontraron con un ambiente de expectativa y emoción. Sara fue una de las jóvenes voluntarias que viajó a Palencia preparada para compartir todo el día con las familias.

“Encontramos rostros alegres, con ganas de jugar, expectantes”, cuenta Sara. Toda esa ilusión se acrecentó cuando iniciaron con las dinámicas planeadas: participar en los juegos, cantar villancicos, responder preguntas sobre la Navidad y quebrar la piñata. Sin duda, esta última actividad fue una de las favoritas, porque los niños se divirtieron mucho. Pero no todo terminó ahí…

La emoción y alegría se apoderaron de todos para la entrega de los regalos. Cada vez que se escuchaba un nombre, grandes y pequeños se encargaban de difundirlo y asegurarse que cada uno recibiera su obsequio. Las mamás estaban pendientes de servir: todos debían pasarla muy bien.

Entre tanta alegría, los voluntarios notaron que algunos niños estaban ausentes porque habían salido a trabajar. “Algunos niños enfrentan situaciones muy difíciles o deben trabajar en áreas lejanas”, comentó Sara. Pero, para ellos también hubo un obsequio.

Luego de la piñata, se organizó una pequeña refacción y otras actividades para las familias. Incluso, Oscar, uno de los voluntarios; colocó imágenes de la Virgen en algunos hogares. El Volcancito se quedó vestido de alegría, generosidad y servicio para recibir la Navidad.