“Era un evangélico que ayudaba en Misa y amigo de un sacerdote”

Luis Choz tiene 25 años y es ingeniero industrial. Se convirtió al catolicismo luego de vivir en una residencia universitaria en Guatemala.

En el 2017 estaba a mitad de mi carrera universitaria, estudiaba Ingeniería Industrial en la Universidad del Istmo y mis padres se fueron a vivir fuera del país, y tuve que buscar un lugar donde vivir cerca de la universidad. Un amigo me comentó de una residencia del Opus Dei y fui a vivir al Centro Universitario Peñalta.


yo no era católico, era evangélico no practicante, pero evangélico

En ese entonces yo no era católico, era evangélico no practicante, pero evangélico. No sabía nada acerca del catolicismo, y mucho menos sobre el Opus Dei. Debo aclarar que no me costó hacer amigos en la residencia, vivíamos nueve personas en total incluyendo a los directores, así que los conocí a todos y me hice muy amigo de todos. Me integré rápido a la forma de vivir de la residencia y a los planes que allí se realizaban y me sentía como en mi casa. El ambiente me parecía muy bueno y trataba siempre de apoyar en las actividades. Poco a poco, por medio de las tertulias, las convivencias, las comidas, etc. me di cuenta del ambiente de familia que se vivía.

En una ocasión, el amigo que me había recomendado la residencia me invitó a participar de un círculo de formación y le dije que no me interesaba mucho, pero realmente la religión me era indiferente, me identificaba como evangélico porque era lo que conocía. Pero me insistió y decidí acompañarlo. Ese día en el círculo estaban leyendo “Roma dulce Hogar”, donde se narra como un pastor evangélico se convierte al catolicismo y justo leyeron la parte en donde el autor cuenta que se consideraba anticatólico más que evangélico. Me dio mucha curiosidad de que ellos estuvieran leyendo un libro como ese. Así que, cuando terminó el círculo vi en que parte de la biblioteca lo guardaron y lo empecé a leer por mi cuenta.

me impactó como un pastor como Scott Hahn, con una iglesia tan grande y toda la formación evangélica que tenía se había convertido

El libro me gustó mucho y me impactó como un pastor como Scott Hahn, con una iglesia tan grande y toda la formación evangélica que tenía se había convertido. Desde ese día se despertó la curiosidad en mi sobre la Iglesia Católica. Seguí participando en el círculo de formación, también empecé a asistir a las meditaciones de los sábados y poco a poco lo hice en otras actividades como clases de formación doctrinal, campamentos de trabajo, los congresos universitarios, entre otros.

Nunca me sentí presionado para asistir a alguna actividad o a la formacióN

Nunca me sentí presionado para asistir a alguna actividad o a la formación, todos eran muy respetuosos de mi libertad, así que me involucraba en lo que yo quería y en el grado que consideraba conveniente. Yo no soy una persona que exprese tan fácilmente lo que realmente siento o pienso, así que no veía la necesidad de hablar de sobre mí y no lo iba a hacer con un sacerdote, pero con el capellán iniciamos una buena amistad, ya que siempre me demostró que le interesaba conocerme, que procuraba mi amistad y nunca intentó imponerme sus creencias.

Después de aproximadamente ocho meses de vivir en la residencia y seis meses de asistir a los medios de formación, un amigo mío, después de terminar de planificar un campamento de trabajo me planteó la idea de que yo podía convertirme al catolicismo. Realmente me parecía una idea interesante, pero mi intención no era esa ya que no considera a la Iglesia Católica como la Iglesia fundada por Cristo, así que le respondí que prefería dejar las cosas como estaban para estar abierto a conocer otras religiones y tener la oportunidad de formar parte de ellas. Él era catequista en la universidad, y se ofreció a darme una catequesis personalizada.

Yo era el tipo evangélico que era amigo de un sacerdote y ayudaba en misA

Durante ese tiempo no solo asistía a varias actividades de formación, sino apoyaba a organizar las actividades de la residencia, eso me ayudó a entender todo el esfuerzo que la Obra hace por atender a los demás. Yo era el tipo evangélico que era amigo de un sacerdote y ayudaba en misa. De cierta forma me sentí parte de la Obra.

Después de seis meses de catequesis, estuve totalmente convencido y decidí convertirme a la Iglesia Católica y comencé toda la preparación. En septiembre del 2019 recibí los sacramentos del bautismo, confirmación y primera comunión. Fue algo muy bueno. Desde que me convertí conocí a Dios de otra forma. Mi vida espiritual ha avanzado mucho, sin duda, comenzó otra vida para mí y en mayo del 2020 pedí la admisión al Opus Dei como supernumerario.

Luis al terminar la Misa donde recibió los sacramentos