En el 89º aniversario de la fundación del Opus Dei, Monseñor Fernando Ocáriz animó a dar muchas gracias a Dios por la generosidad de san Josemaría, quien “sacó adelante el Opus Dei desde el principio; sin medios, sin personas, pero con una fe y una esperanza grandísimas”.
El prelado habló de la vocación como responsabilidad y como don, recordando que “cuando nuestro Fundador recibió esta luz en su corazón y en su mente, el 2 de octubre de 1928, ahí estábamos nosotros también, en el plan de Dios. El Señor, desde toda la eternidad, ha pensado en cada una y en cada uno, para dejar el Opus Dei en nuestras manos”.
“¿Cómo ponemos, en el día a día, a Cristo en el centro de nuestro trabajo?"
También remarcó que el 2 de octubre es una ocasión para dar gracias a los Ángeles Custodios, en cuya fiesta Dios quiso que se fundara el Opus Dei: “Vamos a dar gracias, cada uno, a nuestro ángel custodio, ese compañero que está a nuestro lado, ese ser espiritual que está mirando a Dios cara a cara y, a la vez, está mirándonos a nosotros; tantas ayudas, tanta protección que nos habrá dado, y no lo sabemos”.
Mons. Ocáriz animó a cada uno a hacer examen de conciencia personal: “¿Cómo ponemos, en el día a día, a Cristo en el centro de nuestro trabajo? Ofreciéndoselo al Señor. Así desde nuestro sitio, cooperamos con la gran misión de la Iglesia: llevar el Evangelio a todas partes”.
Refiriéndose a los numerosos trabajos que ocupan a todos al inicio de un nuevo curso, Mons. Ocáriz aconsejó no dejarse llevar por el activismo: “Se trata de hacer una cosa detrás de otra, sin perder la paz y sin perder el tiempo. Para que esas actividades no nos alejen de Dios, será necesario también cuidar el descanso y la vida de piedad. Buscar la paz, la paz interior en Dios”.
Finalmente, el prelado pidió oraciones por el Santo Padre y sus intenciones: “Que vuestro pensamiento vaya a la persona del Romano Pontífice. Que seamos también en esto buenas hijas y buenos hijos de san Josemaría, que tanto amó y tanto rezó por el Papa”.