Quería ver la casa el mismo día

Mi hija y su esposo tenían que vender su casa, pues desafortunadamente habían incurrido en muchas deudas que había que saldar.

Foto: Austinevan.

Durante dos años pusieron anuncios y acudieron a empresas de bienes inmobiliarios, pero no aparecía nadie interesado en comprar la casa.

Una mañana vino mi hija y me dijo: "Dice Victorita que hay que acudir a la intercesión de don Álvaro del Portillo". Inmediatamente tomé una estampa para la devoción privada de don Álvaro y empecé a rezar por su intercesión. Había rezado tres veces la estampa cuando llamó un señor.

Quería ver la casa ese mismo día. Vino, la vio y dijo que era cabal lo que buscaba, y de una vez la compró. No cabe duda que fue la intercesión de don Álvaro.

I.A. (Guatemala).

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