-Un amigo perdió su perro. Le recé una estampa a Fr. Joseph e inmediatamente recibí la noticia de que el perro había sido encontrado.
-Mi novia perdió su teléfono. Recé una estampa a Fr. Joseph y encontré el teléfono momentos después.
-Recogí a mi novia para conocer a su madre por primera vez. No podía encontrar sus llaves antes de salir de casa. Le recé una estampa a Fr. Joseph y rápidamente encontré las llaves en el sofá.
-Me preocupaba no llegar a tiempo a un taller anual debido a mi carga de trabajo. Le recé a Fr. Múzquiz para que llegara a tiempo ¡y así fue!
-Mi novia no podía encontrar un libro que leíamos juntos en ese momento. Le recé una estampa a Fr. Joseph y ella encontró el libro.
-Un día mi ordenador se congeló mientras trabajaba. Le recé una estampa a Fr. Joseph y empezó a funcionar de nuevo.
A. H. – USA – 9 de octubre de 2018