«Guadalupe hacía magia en el aula. Ella hizo que me dedicara a la enseñanza»

El Instituto Tecnológico Fuenllana ha colocado una placa homenaje a Guadalupe Ortiz de Landázuri en el laboratorio de química del centro, que desde hoy llevará el nombre de la futura beata. En el acto ha intervenido Carmen Puelles, antigua alumna y más tarde compañera de Guadalupe en el Instituto Santa Engracia de Madrid.

Carmen Puelles (i) con María Ruiz (d), directora del centro educativo Fuenllana.

Carmen Puelles fue una de las alumnas de Guadalupe Ortiz de Landázuri en el instituto Santa Engracia de Madrid. La huella que dejó en ella hizo que se decantara también por la enseñanza, y que la ejerciera en el mismo centro, llegando a ser la directora. Así lo relató este jueves en un acto de homenaje a Guadalupe celebrado en el Instituto Tecnológico Fuenllana. Una de las aulas del centro llevará a partir de ahora el nombre de la futura beata.

Como profesora, Guadalupe “era maravillosa: como una maga, nos levantaba, nos animaba… Sacaba la tela de dentro de su bolso, nos la hacía tocar y descubrir qué tejido era. Nos animaba a acudir a ver exposiciones donde se podía ver la moda de una época determinada, y a descubrir los tejidos plasmados en la pintura”, rememoró Puelles. De hecho Guadalupe jugó un papel fundamental en Puelles, e influyó en que más tarde se dedicase a la enseñanza: “Me encantó Guadalupe, la elegancia, la belleza, esa profesora hizo que me gustara la profesión”.

Hace 13 años, Carmen Puelles asesoró en el plan de estudios de formación profesional de moda y textil en el Instituto Fuenllana, cuando éste abrió sus puertas. Ella fue quien, con gran emoción, descorrió la tela que cubría la placa en un acto muy sencillo. Previamente, había mantenido un coloquio con un grupo de alumnos de grado medio de confección y moda. Puelles se jubiló hace 8 años, tras más de cuarenta trabajando en el Instituto Santa Engracia siempre rodeada de alumnos.

Carmen Puelles durante el coloquio con un grupo de alumnos de grado medio de confección y moda

Puelles les animó a estimular a sus profesores a través de sus preguntas e iniciativas, a mantener la ilusión en su profesión, a ser inquietos, activos y emprendedores, y en definitiva, a no acabar nunca de formarse. “Cultivar el alma: mirar, observar porque todo influye en la manera de trabajar y de crear una prenda”, dijo. A propósito de este punto, Carmen recordó que fue Guadalupe fue quien le enseñó a tener una inquietud continua por formarse en su profesión, descubrir e investigar nuevos tejidos, etcétera.

Además les animó a ser realistas y mantener “los pies en el suelo”, porque dedicarse a la moda les puede hacer sentirse “un poco divos”. También les instó a mirar con optimismo el futuro del sector profesional, aunque actualmente la industria de la moda se encuentre en un proceso de transformación.

Tras la charla con los alumnos y alumnas, todos se trasladaron al laboratorio. Los alumnos le explicaron los distintos equipos que utilizan para análisis de textiles: los microscopios, los torsiómetros, y una “textilteca” que están realizando en una de las asignaturas.

Desde ahora Guadalupe estará siempre presente en el laboratorio de textiles, lugar donde ella tanto disfrutaba.