Derecha al Cielo

Hace unos días, Guadalupe “volvía” a Químicas, su Facultad, donde estudió y defendió la tesis años después. Quizá por su talente universitario, ha querido darse una vuelta por el campus, y hoy se ha “quedado” en Derecho, donde se ha organizado una mesa redonda en torno a su vida, su carrera y a sus años de investigación.

José Manuel Chozas, vicedecano de Profesorado, ha presidido el acto que llevaba el título de “Universidad y Transformación Social”, y después de unas palabras iniciales de Marta Sánchez Esparza, periodista y moderadora, ha reconocido su “entusiasmo” por la vida de Guadalupe, “después de haberme leído dos pequeñas biografías, y cuya vida me ha cautivado”.

«Un gran don para toda la Iglesia»

Con un tono cercano, casi íntimo, Irene Briones, catedrática de Derecho Eclesiástico, mostró el lado espiritual y humano de la futura santa. “A cada persona que trataba, la amaba”; una mujer que “tenía algo especial en el rostro”, en su mirada. También destacó de Guadalupe la “madurez que adquirió por el cuidado habitual de los pequeños detalles”.

D. José Carlos Martín de la Hoz, vicepostulador de la Causa, quiso comenzar con un comentario oportuno: estar en la Facultad de Derecho era un buen momento para recordar que el proceso de beatificación se había llevado con rigor. A continuación explicó brevemente los diversos pasos que conlleva una causa de canonización, donde remarcó que “una beatificación siempre es un gran don para la Iglesia”.

Temporada alta de favores y milagros

“El número de aprobados en Química no para de crecer”, señaló Martín de la Hoz, entre bromas, pero a la vez reconociendo que Guadalupe está muy activa y realiza muchos favores. “En realidad, los santos hacen la mayor parte de milagros –Dios, a través de ellos– entre la beatificación y la canonización, ya que ninguno quiere quedarse a mitad de camino, solo como beato”, dijo con una sonrisa.

Guadalupe, en fin, fue una mujer con una vida universitaria plena, pero sobre todo una persona que “tuvo el don de complicarse la vida en favor de los demás”, como señaló Chozas al acabar su intervención.

Y la guinda la puso el público. Un sentido testimonio, agradecido, de una mujer que contó su recuerdo de Guadalupe en el Colegio Mayor Zurbarán, y el grato sabor de aquel encuentro, que parecía revivir en ese momento, 60 años después. Mejor imposible.