Regalos de san Josemaría desde tres puntos cardinales

Tres favores de san Josemaría sobre el trabajo, ese gran medio para alcanzar a Dios en el día a día. Cómo san Josemaría enseñaba, el trabajo hecho por amor a Dios, —sea el que sea— se convierte en un candelero que ilumina a nuestros colegas y amigos.

En febrero de 2020 recibí una lista de condiciones de mi empresa para poder seguir trabajando allí. Sabía que mis días estaban contados, así que a mediados de abril decidí renunciar. Fue una decisión difícil, dado que estabamos en medio del lockdown y la incertidumbre laboral era notable.

decidí renunciar, pese a que la incertidumbre laboral era notable

A pesar de ello, parecía que ya en mayo iba a encontrar un trabajo, porque tenía muy avanzadas cuatro entrevistas. Desgraciadamente, en vano. Durante mi búsqueda, recé a san Josemaría, que ya me había ayudado varias veces en cuestiones profesionales.

En la segunda quincena de junio, llegó el momento de las vacaciones, a las que iba en situación de desempleo. El día de su fiesta, el 26 de junio, san Josemaría tenía un regalo para mí.

Me llamaron para ofrecerme un trabajo, a pesar de que hacía dos semanas que no lo buscaba. Además, suponía un mejor sueldo, incluía un coche para moverme y era completamente a distancia, combinado con la posibilidad de crecimiento en la empresa. Nunca había tenido mejores condiciones de trabajo en mi vida. En otras palabras, hay mucho que agradecer, lo cual hago, y trato lo anterior como una gracia recibida por la intercesión de san Josemaría.

T. R. - Polonia


Quiero dar las gracias a san Josemaría Escrivá de Balaguer porque le pedí el favor de poder seguir trabajando una vez finalizase por edad -y normativa legal- mi trabajo actual. Es lo único que pedía. Para mí el trabajo es muy importante.

Esta semana me han comunicado que el próximo 1 de julio empiezo un nuevo trabajo, en principio por seis meses, pero que seguramente me durará -si Dios quiere- hasta mi jubilación, algo que no es tan fácil.

L. G. - España


Quiero agradecer y difundir un favor concedido por san Josemaría. Lo conocí desde muy pequeño en mi pueblo, Monte Cristo, donde nos juntábamos varios jóvenes para hacer la oración y aprender las enseñanzas de quien en ese momento era Siervo de Dios. Pasaron muchos años y, si bien lo tenía presente en mi memoria y sabía de su canonización, nunca acudí a su intercesión.

Pasaron muchos años y nunca acudí a su intercesión

Estando recientemente en un estado de apremio económico porque no me pagaban una deuda y, como consecuencia de ello, había contraído otras con intereses sumamente onerosos e impagables, recurrí a san Josemaría. Busqué su oración en internet, la bajé a mi celular, pedí inmediatamente su intercesión ante nuestro Señor y en un cortísimo periodo de tiempo, no más de 15 días, se solucionaron mis problemas.

ÉL NO SE OLVIDÓ DE AQUEL NIÑO QUE REZABA POR SU CANONIZACIÓN

Algo que venía de larga data de más de dos años, se resolvió inmediatamente. No tengo ninguna duda de que fue fruto de su intercesión. Seguiré rezando a través de él y difundiendo su mensaje. A pesar de que me olvidé por un largo tiempo de él, él no se olvidó de aquel niño que rezaba por su canonización aún sin conocerlo.

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D. G. - Argentina


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También puede comunicar la gracia que se le ha concedido mediante correo postal a la Oficina de las causas de los santos de la prelatura del Opus Dei (Calle Diego de León, 14, 28006 Madrid, España) o a través del correo electrónico ocs.es@opusdei.org.

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En alternativa puede enviar una aportación por transferencia a la cuenta bancaria de la Asociación de Cooperadores del Opus Dei con IBAN número ES53 2100 1547 7502 0024 4065 y BIC, CAIXESBBXXX en La Caixa (agencia urbana de la calle Cartagena, 4, 28028 Madrid, España).