Don José Luis Múzquiz, «un gran agente inmobiliario»

Don José Luis Múzquiz aprendió a sortear las dificultades de conseguir las primeras casas del Opus Dei en Estados Unidos. Su tarea parece no haberse interrumpido, pues ha seguido ayudando a diversas personas en situaciones similares. Recogemos dos historias.

En 2010 teníamos una gran necesidad de vender nuestra casa. El mercado de la vivienda en Florida se había derrumbado como resultado de una drástica recesión en la economía y estábamos ofreciendo la casa por la mitad de lo que habíamos pagado por ella solo cinco años antes. La pusimos a la venta en febrero y pedimos la intercesión de Fr. Joseph Múzquiz para venderla a finales de abril, porque mi esposo debía comenzar en mayo un nuevo trabajo en otro estado.

Redoblamos nuestras oraciones a Fr. Joseph y en los dos últimos días de abril ¡recibimos tres ofertas!

Pasaron algunos potenciales compradores, pero en realidad, la economía estaba tan mal que nadie la compraba. Febrero vino y se fue; luego marzo. Llegó abril y honestamente nos estábamos poniendo nerviosos, temiendo que no se vendería a tiempo. Teníamos seis hijos pequeños y no nos podíamos permitir mudarnos y comprar una casa sin antes haber vendido esta. Redoblamos nuestras oraciones a Fr. Joseph y en los dos últimos días de abril ¡recibimos tres ofertas! Una se convirtió en el nuevo comprador. ¡Gracias, Fr. Joseph!

J. C. - Estados Unidos


Hace cuatro años, mi marido y yo (ambos profesores) vivíamos en una pequeña casa de dos plantas, con 11 hijos y mi suegra de 95 años. Nos dimos cuenta de que necesitábamos encontrar otra casa que pudiera acomodar a nuestros hijos, cada vez más mayores, y a mi suegra, que dormía en un cuarto sin las condiciones adecuadas para una persona de su edad. Le pedí a Fr. Joseph que nos ayudara, ya que él fue el responsable de conseguir muchas de las primeras casas de la Obra en Estados Unidos. Mi marido no estaba muy interesado en buscar una nueva casa y a mí me agobiaba el poco espacio.

él fue el responsable de conseguir muchas de las primeras casas de la Obra en Estados Unidos

Siempre bromeábamos con la idea de mudarnos al otro lado de la calle, a una casa similar que tenía un sótano y un suplemento en la parte trasera. La casa era propiedad de una mujer mayor y soltera. Aunque no la conocía bien, ya que pasaba gran parte del tiempo trabajando o dentro de la casa, me armé de valor cuando me enteré de que podría jubilarse y me presenté en su puerta con una amiga de la inmobiliaria. Le pregunté si estaba pensando en jubilarse y mudarse. Me dijo que sí. Entonces le pregunté si le parecería bien que diéramos una vuelta para ver la casa.

Vi el potencial y la cantidad de espacio. Esa noche, mi amiga de la inmobiliaria redactó un contrato por 400.000 dólares con la solicitud de pagos mensuales, sin inspecciones y sin necesidad de que ella limpiara la casa una vez que se mudara. Sin embargo, dijo que no… y yo recé más a Fr. Joseph. Entonces, ella volvió a llamar dos horas después y dijo que sí.

Una vez que se mudó, dos de mis hijos y algunos amigos pasaron varios días pintando y nos mudamos el sábado siguiente. Fue una mudanza divertida: teníamos equipos de personas para cada habitación, desmontando literas, cruzando la calle y montándolas. 

Luego, empleamos un mes en reparar, pintar y volver a alfombrar nuestra vieja casa. Una vez que la pusimos en el mercado, sólo tardamos tres horas en venderla. La casa se vendió por 399.000 dólares. ¡Qué gran favor de Fr. Joseph!

recé más a Fr. Joseph. Entonces, ella volvió a llamar dos horas después y dijo que sí

Como resultado de la mudanza, la vida de todos continuó como siempre, aunque con mejores condiciones, y mi suegra tuvo su propia habitación. Ahora tiene 99 años y sigue viviendo con nosotros. Lo sorprendente es que cuando pusimos precio a nuestra casa actual, no teníamos ni idea de por cuánto se vendería la antigua.

Creo que Fr. Joseph es un gran agente inmobiliario.

¡Gracias, Fr. Joseph!

J. K. - USA


También puede comunicar la gracia que se le ha concedido mediante correo postal a la Oficina de las causas de los santos de la prelatura del Opus Dei (Calle Diego de León, 14, 28006 Madrid, España) o a través del correo electrónico ocs.es@opusdei.org​.

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Photo: Taryn Eliott - Pexels