Segunda edición digital de “Apuntes sobre la vida del fundador del Opus Dei”, de Salvador Bernal

Acaba de publicarse la segunda edición digital del libro escrito en 1976: mejora técnicamente la primera, de 2018, e incluye algunas actualizaciones, como se indica en la nueva nota preliminar. Con motivo del aniversario de la canonización de san Josemaría, el autor evoca algunas vicisitudes históricas de su escrito.

Portada de la edición digital de “Apuntes sobre la vida del fundador del Opus Dei”.

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No olvido el 26 de junio de 1975. Colaboraba entonces con el organismo de gobierno del Opus Dei en España y había un asunto muy urgente. Trabajé casi hasta las tres, salí a tomar algo en el bar de enfrente y, al volver, me encontré en el pasillo de las oficinas a Miguel Ángel Montijano, quien me dijo, con la cara demudada: -El Padre ha muerto. Me quedé helado. Sólo pensé y musité: -No tenemos nada. En ese momento sonó el teléfono: una llamada de Radio Nacional de España. Sugerí a Miguel Ángel: -Dales el número de Roma.

Y empezó una tarde agotadora, porque, efectivamente, no teníamos nada: hubo que improvisar contrarreloj. Sólo a las diez de la noche llegó del norte Javier Ayesta, director de la oficina de información, al que suplí hasta ese momento, con el eficacísimo apoyo de Luis Gordon, desde la sede entonces en la calle de Vitruvio. Las lágrimas brotaron de mis ojos al fin a las tres de la mañana, pero tardó en llegar el sueño.

No teníamos nada, porque el fundador se había ocupado de que se informase sobre el Opus Dei, no sobre su persona. Trataba de cumplir por todos los medios, su deseo de pasar inadvertido, que resumía en un lema emblemático: "ocultarme y desaparecer es lo mío, que solo Jesús se luzca".

Venía de lejos. Ya en 1960, con motivo de la erección de la Universidad de Navarra y de su nombramiento como hijo adoptivo de Pamplona, el Diario publicó una doble página, con aquel formato antiguo de sábana. El título anunciaba biografía. Y empezaba con Barbastro, Logroño, Zaragoza… Unas diez líneas después, Madrid, donde se fundó el Opus Dei, con una afirmación rotunda, que cito de memoria: a partir del 2 de octubre de 1928, la vida de Mons. Escrivá coincide con la historia de la expansión del Opus Dei por el mundo…, de la que se continuaba hablando hasta el final con abundancia de datos, fechas y noticias. Nada más se decía del fundador. Pero el 26 de junio había muerto Josemaría Escrivá, no la Obra… Y los periodistas preguntaban con razón sobre su vida y su personalidad.

No debimos de improvisar demasiado mal, a tenor de los informativos de la tarde-noche y las portadas de los periódicos del 27: reflejaban con intensidad y respeto la noticia, desde la clásica perspectiva de la muerte de un "español universal"…

Pasada la vorágine, quedó clara la urgencia de publicar algún libro sencillo, básico, que Mons. Escrivá no había dejado escribir en vida. Lo intentó con pillería y buen estilo Paco García Labrado, fallecido hace años, pero el fundador le rogó que destruyera el original: en nombre sólo de su propia modestia. Y ayudé a Paco en la trituradora compartiendo su inexplicable alegría…

Después de diversas vicisitudes, redacté unos Apuntes sobre la vida del fundador del Opus Dei, que se publicaron en el otoño de 1976. Su difusión estaba asegurada porque –repito- no había nada, y mucha gente quería saber. El objetivo no era ambicioso: sólo cubrir con un extenso reportaje periodístico un hueco editorial, mientras trabajaban a su ritmo los historiadores dentro del rigor de su ciencia.

No imaginaba el autor que se repetiría lo repetido teóricamente: los libros se escapan de sus manos una vez impresos. Y así sucedió con esos Apuntes, como advertí cuando desde 1990 comenzaron a traducirse a lenguas como el polaco, el rumano o el croata… Había buenos textos históricos en castellano. Pero en esos lugares necesitaban más bien una introducción, dirigida a personas con limitados conocimientos de la Iglesia y del Opus Dei, después de años tras el telón de acero. Para esas traducciones, fui actualizando el original –casi fosilizado en lengua española con la 6ª edición de 1980 y sus treinta mil ejemplares-: sobre todo, era indispensables introducir los oportunos cambios terminológicos tras la erección de la prelatura del Opus Dei en 1982, así como añadir los pasos sucesivos en la causa de canonización.

A partir de esas sucesivas versiones actualizadas, planteé a la editorial lanzar una edición, solo digital, a la vista de esa función introductoria: también en castellano, pues me parecía cada vez más necesaria por estos pagos. Pensaba en la gente joven y en la posibilidad de que leyeran el texto en sus familiares dispositivos electrónicos. La experiencia confirma la oportunidad de aquel proyecto, ahora mejorado técnicamente.