Devoción a las almas del purgatorio

Las ánimas del Purgatorio son las almas de las personas que murieron en amistad con Dios, pero con imperfecciones que deben purificar.

Devoción a las almas del purgatorio. Rezar con san Josemaría
Nuestra Señora de la Concepción, Santa Cruz de Tenerife. Koppchen, CC BY 3.0, via Wikimedia Commons

En la Iglesia Católica el mes de noviembre, está iluminado de modo particular por el misterio de la comunión de los santos que se refiere a la unión y la ayuda mutua que podemos prestarnos los cristianos: quienes aún estamos en la tierra, los que ya seguros del cielo se purifican antes de presentarse ante Dios de los vestigios de pecado en el purgatorio y quienes interceden por nosotros delante de la Trinidad Santísima donde gozan ya para siempre. El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha (Catecismo de la Iglesia Católica, 1024).

San Josemaría tenía una amistad especial con las almas del purgatorio, hablaba de ellas diciendo: «Las ánimas benditas del purgatorio son 'mis buenas amigas'».


Las ánimas benditas del purgatorio. —Por caridad, por justicia, y por un egoísmo disculpable —¡pueden tanto delante de Dios!— tenlas muy en cuenta en tus sacrificios y en tu oración.

Ojalá, cuando las nombres, puedas decir: "Mis buenas amigas las almas del purgatorio...".

Camino, 571

El purgatorio es una misericordia de Dios, para limpiar los defectos de los que desean identificarse con Él.

Surco, 889

Si tienes "vida de infancia", por ser niño, has de ser espiritualmente goloso. —Acuérdate, como los de tu edad, de las cosas buenas que guarda tu Madre.

Y esto muchas veces al día. —Es cuestión de segundos... María... Jesús... el Sagrario... la Comunión... el Amor... el sufrimiento... las ánimas benditas del purgatorio... los que pelean: el Papa, los sacerdotes... los fieles... tu alma... las almas de los tuyos... los Ángeles Custodios... los pecadores...

Camino, 898

No quieras hacer nada por ganar mérito, ni por miedo a las penas del purgatorio: todo, hasta lo más pequeño, desde ahora y para siempre, empéñate en hacerlo por dar gusto a Jesús.

Forja, 1041

Ante el dolor y la persecución, decía un alma con sentido sobrenatural: "¡prefiero que me peguen aquí, a que me peguen en el purgatorio!"

Forja, 1046