Cardenal Marx: "Don Álvaro fortaleció el testimonio de fe de los seglares"

Mons. Reinhard Cardenal Marx, Arzobispo de Múnich y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, se alegra en esta carta -publicada en Die Tagepost el 9 de septiembre- por la próxima beatificación de Álvaro del Portillo y agradece al Opus Dei "su labor eclesial en Alemania" y le desea, "confiando en la intercesión del nuevo beato, un desarrollo fructífero".

El 27 de septiembre de 2014 será beatificado S.E. Mons. Álvaro del Portillo. Estuvo al frente del Opus Dei de 1975 a 1994, después del fallecimiento del fundador, Josemaría Escriva, como su primer sucesor. Me da alegría saber que asistirán a la ceremonia de la beatificación en Madrid numerosos peregrinos de Alemania.

Don Álvaro nació en Madrid en 1914, se incorporó al Opus Dei en 1935 y se trasladó a Roma, con san Josemaría Escrivá, en 1946. En coloquios y encuentros con los Sumos Pontífices, sobre todo con Juan Pablo II, tuvo ocasión de ver confirmada y bendecida su misión y la del Opus Dei. En 1982, el Papa Juan Pablo II lo nombró prelado de la recién erigida prelatura personal del Opus Dei; en 1991 le consagró obispo.

El nuevo beato no es un desconocido para la Iglesia en Alemania. Ya en 1946 entró don Álvaro en contacto con el cardenal Frings, que en 1952 invitó al Opus Dei a la archidiócesis de Colonia. Durante el Concilio, en el que don Álvaro colaboró en varias comisiones de trabajo, entabló también contactos con otros padres conciliares alemanes, como el cardenal Höffner, de quien será amigo el resto de su vida.

En concordancia con el Concilio Vaticano II, el Opus Dei confía en los laicos y en su llamada a la santidad en el trabajo cotidiano, en la familia y como ciudadanos en la sociedad secular. Don Álvaro tuvo siempre la preocupación de fortalecer el testimonio de fe que dan los seglares, mujeres y hombres corrientes, tanto en la esfera privada como en el ámbito público, mostrando un rostro simpático y moderno del Evangelio.

Despúes de haber superado momentos de crítica y hostilidad a veces duras, el Opus Dei es hoy una realidad bien perfilada en la Iglesia católica, con unos 90.000 fieles en todo el mundo, 600 de ellos en Alemania. Veinte años después de su muerte, lo que impulsaba a don Álvaro en su servicio al Opus Dei y a la Iglesia ha sido descrito por el Papa Francisco con estas palabras: "Los laicos son simplemente la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. A su servicio está la minoría de los ministros ordenados. Ha crecido la conciencia de la identidad y la misión del laico en la Iglesia. Se cuenta con un numeroso laicado, aunque no suficiente, con arraigado sentido de comunidad y una gran fidelidad en el compromiso de la caridad, la catequesis, la celebración de la fe" (Evangelii Gaudium, n. 102).

Agradezco al Opus Dei su labor eclesial en Alemania y le deseo, confiando en la intercesión del nuevo beato, un desarrollo fructífero. Saludo a los muchos peregrinos que estarán en Madrid el 27 de septiembre. Que se dejen contagiar del ejemplo y la alegría del nuevo beato y que sigan contribuyendo a la misión de la Iglesia.

Unido en la oración

Reinhard Cardenal Marx

Arzobispo de Múnich y Frisinga