Barrio de Delicias

Recorrido histórico de los lugares fundamentales relacionados con la fundación del Opus Dei.

El paseante se dirige ahora a la Estación de Atocha. Para eso cruza la Avenida del Mediterráneo por un puente elevado y se desvía a la derecha para tomar esta Avenida en dirección al centro de la ciudad.

La Avenida del Mediterráneo le lleva, pasando la Plaza del Conde de Casal, hasta la Plaza de Mariano de Cavia. En esta Plaza de Mariano de Cavia comienza el Paseo de la Reina Cristina,. que le llevará hasta el Paseo de la Infanta Isabel que concluye en la Plaza del Emperador Carlos V.

En esta Plaza se tuerce ahora hacia la derecha, y se baja por el actual Paseo de las Delicias. Una de las primeras calles que corta este Paseo es la calle Murcia, donde desempeñó san Josemaría su ministerio con personas enfermas.

Si se continúa bajando por el Paseo de las Delicias, el paseante deja a su izquierda la calle de las Delicias primero y la de Ancora, después. La siguiente calle que cruza la Avenida esla calle Canarias.

El 27 de diciembre de 1930 el Fundador atendió a un joven tuberculoso de dieciséis años que residía en esta calle.

Bajando por el Paseo de las Delicias, el paseante deja a su derecha, la calle de Tarragona. La siguiente calle que termina en esta avenida esla calle Ferrocarril. Es el entorno de la Estación de Delicias, que fue inaugurada en 1880, y se conserva tal y como estaba en el siglo XIX. En la actualidad alberga el Museo del Ferrocarril.

En esta calle del Ferrocarril estuvo el Fundador en 1927, atendiendo sacerdotalmente a enfermos, en su trabajo como capellán del Patronato.

Cerca de esta calle, junto a la Estación de las Delicias, ejerció su profesión el Siervo de Dios Isidoro Zorzano. Trabajaba en la compañía Nacional de ferrocarriles del Oeste como Jefe de la Oficina de Estudios de Material y Tracción. Entonces esta zona era un barrio en las afueras de Madrid.

La calle de Ferrocarril lleva hasta la Glorieta de Santa María de la Cabeza, que también recorrió el Fundador por motivos pastorales, visitando enfermos moribundos.

Bajando desde la Glorieta de Santa María por toda la calle Embajadores se llega, después de pasar por la Plaza de la Beata María Ana de Jesús, a la Plaza de Legazpi.

Por el Paseo del Molino se llega hasta la Plaza de Italia, que en 1928 era la última plaza urbanizada, en dirección al sur, que había en la ciudad. A partir de este lugar comenzaban las Huertas. Allí estuvo san Josemaría en ocasiones por exigencias de su ministerio sacerdotal.