Opus Dei

Cuando le dijeron a mi marido que podía tener cáncer, me derrumbé.

Lucas llegó antes de tiempo: todavía faltaban seis semanas para que se completara el embarazo.

Mi familia sufrió una crisis y yo empecé a rezar la novena del perdón.

Se presentaba por tercera vez para obtener una plaza de profesora de secundaria.

Se trataba de una simple mudanza, pero todo empezó a complicarse.

Recibió una beca para hacer prácticas en el extranjero, pero debían aceptarla en un estudio.

En la fiesta de san Josemaría volví a intentarlo y esta vez funcionó.

Una serie de “pequeños” favores lo convierte en mi santo milagroso.

Llevábamos tiempo fuera del país y encontrar un buen trabajo a la vuelta iba a resultar muy complicado.

Estábamos pasándolo tan mal que mis cuñadas y mi suegra nos tenían que ayudar.