Este libro muestra del modo más exhaustivo posible la actividad que José María Escrivá realizó durante ese tiempo (1927-1936). Su actividad día por día, a modo de dietario, siempre que haya información. Arranca y finaliza en Madrid, entre su traslado a la ciudad en abril de 1927 y el inicio de la guerra civil española en el verano de 1936. Es una cronología parcial de su vida, que radiografía los eventos que protagoniza el entonces joven sacerdote aragonés, en torno a la fundación y primera expansión del Opus Dei.
Habéis optado por referiros a él como: “José María Escrivá y Albás”, y no por “Josemaría Escrivá de Balaguer”.
En la introducción del libro explicamos que le citamos con los nombres de pila que usaba en los años veinte y treinta del siglo XX. Es decir, José María. Por devoción a san José y a la Virgen María, decidió unirlos después en un solo nombre, en su correspondencia y en sus publicaciones. Y lo mismo hacemos con su primer apellido, que citamos tal como lo usaba durante los años de nuestra Cronología: Escrivá. En 1940 lo cambió en el registro civil por “Escrivá de Balaguer” para diferenciarse de otras ramas familiares.
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¿Dónde reside la novedad?
Hasta la fecha es la exposición más completa para conocer la red de personas, lugares y actividad que José María Escrivá desplegó durante esos diez años. El epicentro de este tiempo es la fundación y primera expansión del Opus Dei. Intuíamos que merecía la pena indagar acerca del cosmos de gentes, lugares y eventos del fundador del Opus Dei durante esa intensa década. Y ofrecer algo nuevo a los investigadores y a los interesados en conocer mejor a este santo de la Iglesia católica y a la institución del Opus Dei.
La investigación histórica intenta seguir añadiendo luz a la vida de este santo. Escrivá es un santo en, de y para la Iglesia católica. Brindamos a los lectores más información sobre él y el Opus Dei. Con más información, es más fácil entender y juzgar rectamente una vida y las circunstancias de su época. Y con más información se puede crear una opinión más veraz y justa sobre alguien.
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Se entiende que las fuentes históricas usadas han sido positivas, neutras y negativas ¿Dónde se fundamenta este volumen informativo?
Las fuentes para relatar cronológicamente su vida han sido muchas. Diría que exhaustivas: su epistolario, sus apuntes autobiográficos y espirituales, los diarios de los centros de la Obra que entonces había, los archivos de las universidades donde estudió, las Academias donde dio clase, los Patronatos eclesiásticos donde echó una mano, papeles diversos de los chicos con los que se relacionó el fundador del Opus Dei. Toda esa documentación ofrece el cuadro más completo posible sobre la vida de Escrivá.
Hay muchos y excelentes trabajos sobre su figura o sobre el Opus Dei para este tiempo. Los hemos utilizado también para elaborar nuestro estudio. Pero este libro contiene mucho material inédito e información que, hasta ahora, era desconocida. Sobre esto último, quisiera destacar solo las muchas entrevistas que aparecen en sus “Apuntes íntimos”, de las que damos cuenta brevemente.
Esas fuentes exhaustivas, ¿brindan alguna faceta nueva de la personalidad de Josemaría Escrivá, a cien años vista?
Esencialmente, diría que no. Pero sí que son reveladoras, en conjunto, del considerable volumen de personas con las que se relacionó durante esa década. Al final del libro hay un extenso índice onomástico de 800 personas, y casi 200 biografías de aquellos con quienes tuvo mayor trato.
Por el libro desfilan enfermos y familias a las que daba catequesis, eclesiásticos, estudiantes, periodistas y militares, hombres y mujeres del Opus Dei, y muchos más con los que trabó contacto por diversas razones. Escrivá en la peluquería, en el tranvía, rodeado de chiquillos que le cantan canciones anticlericales por la calle, leyendo el periódico, andando por Madrid, confesándose, hablando con estudiantes…
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¿Vais a proseguir con otras etapas de la cronología del fundador del Opus Dei?
No sabría dar una respuesta categórica. Sinceramente, no lo sé. La curva de eventos y personas vinculadas a José María Escrivá se aceleraba conforme pasaban los años republicanos. Y, contrariamente a lo que pensábamos al principio (al menos yo), durante la guerra civil su actividad no se detuvo. Al contrario, se mantuvo en 1936, creció en 1937 y aumentó enormemente en 1938 y 1939. Dicho de otro modo, sería relativamente fácil trabajar ese periodo (1936-1939). Pero los siguientes años nos imponen mucho respeto, por la desbordante cantidad de relaciones personales que sostuvo con el mundo eclesiástico y civil español y extranjero. Veremos la acogida de los lectores...
Santiago Martínez Sánchez, licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla y doctor en Historia por la Universidad de Navarra, es también visiting scholar por la universidad de Berkeley (Estados Unidos). Investigador de la historia del Opus Dei y de la violencia político-religiosa en la España de los años 1930 y 1940, desde 2008 dirige el Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá, de la Universidad de Navarra.
Ha publicado el libro Los papeles perdidos del cardenal Segura, 1880-1957, y diversos artículos sobre la represión del clero vasco durante la guerra civil, figuras político-religiosas católicas, el episcopado español ante el nazismo entre 1936 y 1939, o el papel de los obispos y sacerdotes españoles en los procesos depurativos de guerra y postguerra.