Meditaciones: lunes de la 14.ª semana del tiempo ordinario
Reflexión para meditar el lunes de la decimocuarta semana de tiempo ordinario. Los temas propuestos son: la súplica de Jairo; la discreción de una mujer; una oración perseverante.
Meditaciones: domingo de la 14.ª del Tiempo ordinario (ciclo A)
Reflexión para meditar el domingo de la decimocuarta semana del Tiempo ordinario. Los temas propuestos son: recuperar la serenidad y las fuerzas; Jesús es nuestro descanso; ser descanso para otros.
Meditaciones: domingo 13.º del Tiempo ordinario (ciclo A)
Reflexión para meditar el domingo de la decimotercera semana del Tiempo ordinario. Los temas propuestos son: fortalecer a los pastores; el cariño a los padres; abrazar la cruz.
Es justo y necesario: la justicia (I)
La justicia empieza por nuestra relación con Dios, que encuentra su enfoque exacto en una actitud clave: agradecimiento. Editorial de la serie sobre virtudes “Muy humanos, muy divinos”.
Meditaciones: domingo 12.º del Tiempo ordinario (ciclo A)
Reflexión para meditar el domingo de la duodécima semana del Tiempo ordinario. Los temas propuestos son: el miedo de los apóstoles; aquello que nadie puede hacernos perder; los calvarios de la imaginación.
Agregadas, agregados: raíces profundas y altas ramas
La vocación al Opus Dei como agregada y agregado: un campo ilimitado de posibilidades.
Meditaciones: 11.º domingo del Tiempo ordinario (ciclo A)
Reflexión para meditar el domingo de la undécima semana del Tiempo ordinario. Los temas propuestos son: recordar la alegría del encuentro con Dios; obreros de una mies; anunciar el Evangelio a los más cercanos
Meditaciones: 11 junio, San Bernabé
Reflexión para meditar la fiesta de San Bernabé. Los temas propuestos son: colaborador de san Pablo; una vida intensa y fecunda; diversidad entre los primeros cristianos.
Muy humanos, muy divinos (XIX): Para dar lo mejor de cada uno
Las virtudes dan brillo a nuestra personalidad y nos hacen flexibles para descubrir el bien en las diversas situaciones cotidianas.
Ve y haz tú lo mismo (II): Un solo corazón y una sola alma
Los cristianos formamos parte del Cuerpo de Cristo, su Iglesia. Esta realidad, presente desde la época apostólica, es una guía segura para actuar con iniciativa y responsabilidad, viendo en todos los hombres a hermanos cuya identidad nos interpela.