Una multitud de fieles asistió a la Misa de san Josemaría en San José, Costa Rica

Este año, en San José se adelantó la celebración de la Misa con motivo de la fiesta de san Josemaría al día 23 de junio. Personas de todas partes del país y de varias nacionalidades asistieron a la Misa celebrada en la Catedral Metropolitana.

Presidió la concelebración el Nuncio Apostólico, Mons. Pierre Nguyên Van Tot. Mons. Van Tot agradeció que se le hubiera invitado y pidió oraciones por la Iglesia en Vietnam, su país de origen.

En la homilía, Mons. Luis Baura de la Peña, Vicario Regional del Opus Dei en Costa Rica, al referirse a san Josemaría recordó la misión del cristiano en la sociedad, el cariño por el Papa y las oraciones por la Iglesia. Habló de san Josemaría y sus enseñanzas sobre la unidad de vida y la necesidad de fomentar y reforzar la familia, la cultura de la vida, la libertad religiosa y la educación de los hijos. Hizo también mención al Año de la Fe convocado por Benedicto XVI y cómo el Papa nos quiere llevar a todos los fieles a “leer, conocer, difundir el Catecismo de la Iglesia Católica”. Igualmente recordó que estamos en el año Eucarístico, aquí en Costa Rica, motivo suficiente para que tengamos una mayor devoción a la presencia real de Jesucristo en el Sagrario, a la Santa Misa y adorar más al Santísimo cuando le visitamos en la Iglesia.

Seguidamente se incluyen varias declaraciones de personas que asistieron a la Misa de este sábado 23 de junio de 2012.

“Tenía 17 años cuando asistí por primera vez a una Misa en la fiesta de san Josemaría”, comentó Walter, vecino de Zapote. “Han pasado varias décadas y ahora voy también porque mis hijos quieren ir y han esperado con mucha ilusión la Misa. De hecho, desde hace días mis hijos me pidieron que estuviéramos en la Catedral desde temprano para conseguir campo”.

“Me llamo Aracelly y podría escribir un libro entero de cómo san Josemaría y el Opus Dei cambiaron o me ayudaron a mejorar mi vida y la de mi familia. Somos seres que nacimos para mejorar día a día y sólo la oración o la entrega total a Dios cambia la calidad de vida. Conocí el Opus Dei hace más de 2 años por una charla de Orientación familiar. Esta es la primera vez que asisto a la Misa de san Josemaría”.

Kirk ha viajado desde Puerto Limón para la Misa. “Conocí a san Josemaría desde que era universitario. Desde entonces conocí su vida. Fui residente del Centro Universitario Miravalles, una residencia universitaria encomendada al Opus Dei que queda en Sabanilla. El ambiente de alegría, camaradería y virtudes que san Josemaría ha promovido me ha ayudado mucho en mi vida”.

Melissa estudia para técnica en cocina hotelera en la Academia Guaitil, una escuela de Alta Cocina que impulsan fieles del Opus Dei. “Hace 6 meses que conocí un centro de la Obra. Como estudiante me ilusiona la idea de santificarme en medio de las ocupaciones diarias. He venido a la Misa para darle gracias”.

Mateo estudia Ingeniería en Producción en el ITCR, Cartago. “Conocí a san Josemaría desde los 10 años y desde ese momento le tengo devoción. Realmente fue gracias a mis papás y a compañeros del colegio que tengo esta cercanía con san Josemaría. Por eso he venido a la Misa. A la Misa vinieron varios de mis amigos”.

“Soy Marina, venezolana, residente en Costa Rica desde hace algunos años. Mi esposo y yo somos un matrimonio joven con tres hijos pequeños. Tengo mucha devoción a san Josemaría, sobre todo porque es mi ayuda en las cosas pequeñas de cada día... Numerosas veces al día me encuentro pidiendo a san Josemaría pequeños favores para que interceda en mi ayuda: levantarme en punto al sonar el despertador, alistar a los niños con una sonrisa, tener la casa en orden aunque el cansancio parezca vencerme; me ayuda para organizar el día entre mis obligaciones de la casa y profesionales sin desatender a ninguno en la familia y mis amistades cercanas. Todo esto sería más difícil si no contara con la intercesión de san Josemaría”.

Alejandro está en noveno de colegio. Tiene 15 años: “Vengo a darle gracias a Dios que exista san Josemaría y a dar gracias de que sea santo, de que haya sido canonizado. Quiero también conmemorar el hecho de que exista el Opus Dei, pues la Obra es muy importe en mi vida”.

También estudiante de cocina hotelera, Ana Yancy ha asistido a la Misa. “Quiero saber más sobre san Josemaría, para que cada día me inspire más y pueda hacer las cosas por amor a Dios”.

Víctor es mexicano, casado con una puntarenense. Vive en Costa Rica desde hace varios años. “Desde hace días esperaba este día para asistir a la Misa por un deber de justicia con san Josemaría. ¡Hizo tanto bien a la iglesia! También he venido por motivos personales y familiares; porque san Josemaría enseñó de una manera práctica que se puede luchar por ser santo, además de insistir en que no se puede ofrecer un trabajo mal hecho. Enseñó la importancia de los primeros cristianos como ejemplo para los cristianos de ahora”.

“Me llamo Paola, soy esposa y madre de tres hijos, dos niños de 9 y 7 años y una niña de 5 meses; trabajo para el Ministerio de Educación y soy profesora y asesora en el área de idiomas. Vivo en San Ramón, y es costumbre que cada año acudamos a la Misa de san Josemaría, cada 26 de junio –este año la misa fue el día 23-, desde hace ya más de una década. Si les preguntaran a mis hijos cual es la razón principal de ir a esta Misa, ellos probablemente les dirían que asisten al templo a escuchar al sacerdote hablar de Dios y luego ¡ir a una buena cafetería por el helado de rigor! Sin embargo, y a pesar de este pensamiento, esta Misa –que la esperamos tanto- nos ha ayudado a mi esposo y a mí a calar en los niños el verdadero valor de la Eucaristía, acto de Amor y sacrificio, a la que tanto cariño tenía san Josemaría. Para mí asistir a esta Misa es como ir de visita a la casa de mis padres, en donde encuentro amigos y gente que cree que la espiritualidad, que la santidad no han pasado de moda y es en esta Misa donde puedo desahogar quejas y temores, agradecer y pedir aquello que Él ya sabe. Los niños y nosotros como matrimonio tenemos gran devoción a este Santo, ya que nos ha ayudado a comprender que el trabajo y el estudio bien hechos (como dicen nuestros hijos: “hasta levantar y guardar bien los juguetes”) son motivo de alegría y santificación; es… como diríamos… una oración silenciosa a Dios. Sí, asistir a esta Misa es como regresar a casa, en donde sabemos que hay siempre alguien que nos ama y nos espera y que, paradójicamente, siempre está con nosotros”.

Dueño de una panadería en Heredia, Juan Félix dice con orgullo que asistir a esta Misa es una tradición de muchos años: “Solo una vez desde 1976 no he ido porque fue el entierro de mi mamá el mismo día de la Misa de san Josemaría. Asisto por una nota de agradecimiento. Me emociona estar entre tanta gente; tanta gente joven… Tantas personas que quizá solo una vez al año veo y es en esta ocasión”.

“Conocí a san Josemaría por medio del Proyecto META que se organizó en La Pradera, centro que impulsa el Opus Dei”, comenta Maureen, casada y vecina de El Manantial de Patio de Agua, Coronado. Se dedica a trabajos domésticos. Le pidió a san Josemaría por sus manos ya que padece de túnel carpal y desde entonces ha tenido una mejoría. También le ha pedido a san Josemaría por la curación de una sobrina, Nalleli, quien fue diagnosticada de cáncer (leucemia en la médula). Ha rezado por ella también a don Álvaro, primer sucesor de san Josemaría que falleció en 1994 con fama de santidad, y los médicos ya le dieron de alta, sólo esperan que los próximos exámenes salgan bien.

José Armando está en octavo de colegio, tiene 14 años. “Voy a Misa porque voy por el club Kamuk a estudiar y a otras actividades que me gustan mucho. El Kamuk es un centro del Opus Dei. Voy por ahí desde hace un año y desde muy pequeño conozco y le tengo devoción a san Josemaría gracias a mi mamá. Vine a la Misa también porque vienen muchos amigos míos”.

Aurora es funcionaria de la CCSS y Síndica Municipal. Vive en San Rafael de Coronado. Conoció la Obra y a san Josemaría hace más o menos un año en una sesión municipal en san Rafael de Coronado a través de los proyectos que desarrolla la Pradera. “La espiritualidad de san Josemaría me ha ayudado a ver el trabajo de una forma diferente y actuar con más prudencia”.

Estudiante de Microbiología en la UCR, Juan Pablo es de San Carlos. “Estudié en el Científico. Tengo desde que entré a la universidad acceso a las enseñanzas de la Iglesia Católica gracias al Opus Dei. Me ayudan a vivir en gracia. Para mí el mensaje de santidad en el trabajo es un principio muy universal con el que es fácil identificarse y me gusta. Este principio, más que del Opus Dei, me parece que debería ser para todos los católicos”.

María Eugenia vive en Curridabat. Es pensionada. Por tres años consecutivos ha asistido a la Misa de san Josemaría. Le gusta la espiritualidad de san Josemaría, ya que todo el trabajo es para Dios. Todos los días le pide por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Le gusta que los sacerdotes de la Obra usen la sotana ya que dan a conocer que están para Dios y hace que se les respete como tal.

Dante Giancarlo es guatemalteco. “Estoy en primer año de composición musical en la UCR. Siempre he estado muy cercano a la Obra. He recibido formación. He decidido venir a la Misa porque es una forma de agradecerle y retribuirle por tantas cosas que he recibido de Dios”.

“Para mí, venir a la Misa de san Josemaría es una tradición de familia. Desde que era niño asisto”. Son palabras de Javier, arquitecto. “Siempre iba con mis papás, ahora voy con mi familia. Me interesa que mis hijas conozcan mejor las virtudes que este santo nos enseña, y que procuramos vivir en el hogar”.

Nacho está en tercer año de colegio: “Tengo devoción a san Josemaría gracias a mis papás. Conocí a san Josemaría y sus enseñanzas desde que era pequeño. Para mi es un ejemplo a seguir. Desde que era joven trato de vivir lo que él enseñó; es un modo de ser buen cristiano”.

José Miguel es de Puriscal y estudia Ingeniería Electrónica en Cartago, en el ITCR. “He venido a dar gracias a san Josemaría este año. Me ha ayudado en muchas cosas. También le pido fuerzas para continuar mis proyectos y he venido también a pedirle luces para ver qué es lo que Dios tiene para mi”.