Una hija mía llevaba tiempo sin trabajo, y debido a que tiene cincuenta años y ninguna titulación universitaria no era fácil encontrarlo.
Ahora trabaja cerca de su casa y han sido tantas las circunstancias que han tenido que darse para conseguir ese empleo, que he empezado una novena de agradecimiento a Guadalupe.
A.U. (correo electrónico)