Un libro repasa los años del beato Josemaría en el seminario

El "Instituto Histórico Josemaría Escrivá", en colaboración con la diócesis de Zaragoza, organizó un acto en el que se presentó el libro "Los años de seminario de Josemaría Escrivá en Zaragoza (1920-1925)".

Al acto asisitieron cerca de un centenar de sacerdotes.

Joaquín Mantecón, comisario del Gobierno de Aragón para las celebraciones del Centenario del nacimiento del beato Josemaría, presentó el evento que tuvo lugar en el Real Seminario de San Carlos (Zaragoza) el pasado 6 de junio. Intervinieron también el profesor José Luis Illanes, director del Instituto Histórico Josemaría Escrivá, y el sacerdote Ramón Herrando, autor del libro. Clausuró el acto el obispo auxiliar de Zaragoza, mons. Alfonso Milián.

Ramón Herrando explicó que con esta monografía, publicada en ediciones Rialp, ha pretendido tres objetivos: presentar las fuentes y la documentación, en parte “inédita hasta ahora”, del seminario de san Francisco de Paula (Zaragoza) en el que residió el fundador del Opus Dei de 1920 a 1925; acercar al lector a la realidad de la vida del seminario; y analizar la vida y evolución espiritual del beato Josemaría como colegial y superior del san Francisco de Paula.

En la clausura del acto, refiriéndose a unas palabras de Juan Pablo II, recordó que el mundo necesita cristianos que se esfuercen de veras por alcanzar la santidad. “Este fue también un frecuente motivo de la predicación de este santo sacerdote paisano nuestro”.

Mons. Alfonso Milián, dijo que “para que el mensaje de santidad llegue y cuaje en todas las personas, la Iglesia quiere y necesita pastores santos, sacerdotes que, con paso decidido, abundancia de doctrina, y amor a todas las almas sin distinciones, sepan acompañar al pueblo de Dios a las altas cotas de la santidad a las que el Espíritu Santo les empuja”. El obispo auxiliar de Zaragoza pidió a los presentes su oración por las vocaciones sacerdotales, para que muchos jóvenes descubran que Dios les tiene reservada esa misión al servicio de su pueblo, sin olvidar que el secreto de toda pastoral vocacional eficaz reside en primer lugar en la propia vida de los sacerdotes.